Hubo un tiempo en el que el verano en el Real Madrid era sinónimo de fichajes bomba. Desde la llegada de Florentino y el nacimiento de 'los galácticos', el mercado estival hacía a los aficionados blancos frotarse las manos.

Así llegaron Ronaldo, Beckham, el propio Zidane o, más recientemente, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Sin embargo, esos tiempos parecen haber llegado a su fin o, al menos, a un standby.

El presente mercado de fichajes está siendo austero en la casa blanca. A excepción de la llegada de Thibaut Courtois, cumpliendo así el deseo de Florentino de traer a otro portero top Mundial, no ha habido grandes movimientos para reforzar una plantilla que viene de ganar tres Champions seguidas pero que se ha visto desestabilizada en los últimos meses.

Precisamente por la marcha repentina de Zidane y la pérdida del máximo goleador de la historia del club, Cristiano Ronaldo, se antoja más sorprendente la ausencia de contraataque de Florentino para traer un crack mundial a la plantilla que ilusione a los madriditas y cubra el hueco dejado por el portugués.

"El fichaje es Bale", se lee continuamente en medios y redes sociales. Y tal vez lo sea. El galés ha estado en cierto modo a la sombra de CR7, aunque ha hecho honor a su extrema calidad en ocasiones como la final de Kiev, donde él, y no otro, fue el héroe absoluto.

No es, desde un punto de vista deportivo, estrictamente necesario el fichaje de un megacrack del corte de Mbappé o Neymar, como se especulaba. Es quizá la posición de '9' la más desprotegida de la plantilla, la que convendría cubrir con un delantero centro sin etiqueta de estrella.

Sin embargo, desde un punto de vista emocional, sorprende el nulo golpe de efecto al que Florentino tenía acostrumbrado al mundo del fútbol. Desde que culminara la temporada de la decimotercera, el festival de nombres, desde Harry Kane al citado Mbappé, incluso Griezmann, ha sido el Coachella particular de los madridistas que suponían que llegaría una contrapartida de cracks para olvidar al que se fue. Pero no.

Este martes la prestigiosa France Football se pregunta dónde están los fichajes del Madrid. Las incorporaciones de Odriozola o Vinicius no parecen ser suficientes para amenizar lo que ha sido durante años la Disneyland de los fichajes del presidente del club blanco.

Julen Lopetegui, que tiene ante sí un reto de proporciones bíblicas tras las dos impactantes salidas que se han producido este verano, parece estar contento con el plantel. Al fin y al cabo, el Real Madrid ha demostrado sobradamente a lo largo de la historia que, como dice la canción, unos que llegan, otros que se van, la vida sigue igual.

Solo quizá la salida de Modric podría terminar por confundir a los aficionados que acuden perplejos a la austera 'sumeriana' en lo que a llegadas se refiere.

Lo cierto es que la temporada arranca y el fichaje estrella con el que se espera que Florentino dé el golpe en la mesa no aparece por Chamartín. Asensio, Vinicius y el Expreso de Cardiff, junto a Karim Benzema, serán los encargados de mantener la hegemonía.