El Atlético de Madrid y el Barcelona Intersport jugarán el domingo la final de la Copa del Rey de balonmano, que se disputa en la localidad alicantina de Torrevieja, tras eliminar al equipo anfitrión y al Cuatro Rayas Valladolid, respectivamente. El Barcelona fue el primero en alcanzar la final, al batir en semifinales al Cuatro Rayas Valladolid por 28-26, mientras que el Atlético Madrid doblegó al BM Torrevieja por 27-20.

Los colchoneros cumplieron los pronósticos al vencer al equipo organizador, el  Torrevieja, donde la mayor oposición estuvo en el público que abarrotaba el Palacio Infanta Cristina. A las transiciones de los rojiblancos, los alicantinos respondieron con velocidad y rápido repliegue intentando impedir goles fáciles. Pero el arsenal de los de Talant Dujshebaev y los latigazos de Nikolaj Markussen abrieron la brecha en el marcador.

El correcalles devolvió la igualdad al encuentro, con un gran duelo durante muchos minutos del partido pero las intervenciones de José Javier Hombrados acabaron con las ilusiones locales.

Por su parte el Barcelona tuvo más dificultades ante el Cuatro Rayas Valladolid que, consciente de la imposibilidad de competir con el Barcelona en un intercambio constante de goles, trató desde el comienzo de ralentizar todo lo posible el ritmo de juego, sabedor de que cuanto más bajo fuese el tanteador más aumentaban sus posibilidades de victoria.

Así el conjunto castellano masticó y masticó cada uno de sus ataques, con el doble objetivo de evitar las pérdidas de balón, una condena segura ante un rival como el Barcelona, y de hacer llegar el balón a los jugadores de segunda línea.

El Barcelona tuvo que hacer valer el peso de sus estrellas como Siarhei Rutenka. Precisamente dos goles del lateral bielorruso sirvieron de inicio para la remontada azulgrana, que aprovechando una exclusión del francés Joli, se situaba, tras muchísimos minutos a remolque, por delante en el tanteador (23-24) a nueve minutos para la conclusión. Un tiempo en el que el Cuatro Rayas Valladolid fue incapaz de aprovechar una última exclusión de Laszlo Nagy, para decantar el duelo a su favor.