Esos dos goles le sirvieron al Deportivo para sumar su quinta victoria fuera de casa, la cuarta consecutiva, y auparse a la zona de Liga de Campeones a la espera de que se complete la jornada.

El Athletic, que sufrió su cuarta derrota liguera de la temporada en "La Catedral", dormirá pendiendo de su cabeza la amenaza de los puestos de descenso

De inicio, el Athletic repitió la alineación del pasado martes, con la única variación del canterano Amorebieta por el sancionado Gurpegui en el centro de la zaga. Así, Urzaiz se quedó en el banquillo y Guerrero-Aduriz repitieron como jugadores más adelantados en el 4-2-3-1 que dispuso Clemente.

Caparrós también echó mano del mismo sistema de juego, si bien con un central, Coloccini, jugador de lateral derecho, algo por lo que el técnico de Utrera ya se había decantado en anteriores visitas con el Sevilla a Bilbao.

Con un equipo calcado al que puso enfrente del Madrid en la Copa, el Athletic propuso lo mismo que entonces: ritmo, presión y rápida circulación de balón.

De nuevo esa forma de jugar le sirvió para dominar al rival, pero también otras vez quedó un tanto en evidencia su cobertura en los contragolpes visitantes, casi siempre nacidos de jugadas a balón parado a su favor cerca de la meta rival.

En una contra abrió el marcador el Sevilla. Un movimiento de Tristán habilitó un pasillo por el centro de la defensa local, Valerón lo aprovechó y Víctor le sirvió en condiciones para que el canario alcanzase el área de Aranzubia en ventaja.

Cuando parecía que el media punta internacional no iba a encontrar ayuda en su centro, Lacruz se aturulló y metió en su propia portería un despeje de Amorebieta sobre la línea, cuando no había sin delanteros rivales que amenazasen.

Un gol increíble que volvió a dejar en nada el juego y el trabajo del conjunto vasco, que, no obstante, tampoco llegó con demasiada claridad sobre la portería de Molina.

Su ocasión más clara la tuvo Aduriz en un espectacular voleón a centro de Etxeberria que se le fue alto por poco en el minuto 35.

Varios remates de cabeza de Guerrero sin apenas peligro y una contra que acabó Andrade con un fuerte disparo fue el resto de bagaje ofensivo de ambos equipos en la primera parte.

A poco de iniciarse la segunda parte, Arizmendi, que entró tras el descanso, protagonizó la primera jugada de peligro, que acabó en córner.

Un remate flojo de Urzaiz, que también se incorporó al juego con el inicio de la segunda mitad, avanzó la jugada del empate pocos minutos después. Fue un poderoso cabezazo del ariete navarro, a centro de Etxeberria, tras un impresionante salto llegando desde el borde del área.

Conseguido el empate y con el público entregado, el Athletic se aprestó a buscar la remontada. Pero el enésimo error defensivo le impidió siquiera soñar con ella.

Esa vez fue un fallo garrafal de Aranzubia, a quien se le coló entre las piernas un balón que le llegaba manso después de que tocase Arizmendi en un saque de falta de Munitis.

A pesar del golpe recibido, el Athletic lo intentó, pero ya con menos fuerzas que anteriormente y sin crear más peligro que algún balón colgado buscando a Urzaiz y un tiro desde fuera del área de Orbaiz que buscaba la escuadra. El Depor se limitó a dejar pasar los minutos. Ya en el descuento, Capdevila puso poner el 1-3 en un golpe franco directo desde la frontal.