El luxemburgués Kirchen desplaza a Antón al frente de la general de la Vuelta a Suiza

  • El vizcaíno desciende hasta la tercera posición de la general provisional.
  • Kirchen, que era segundo, logró ganar en solitario a la línea de meta.
  • Este sábado Antón puede recuperar terreno en una cronoescalada.
El pelotón de favoritos, durante la sexta etapa de la Vuelta a Suiza (REUTERS).
El pelotón de favoritos, durante la sexta etapa de la Vuelta a Suiza (REUTERS).
EFE
El pelotón de favoritos, durante la sexta etapa de la Vuelta a Suiza (REUTERS).
El luxemburgués Kim Kirchen, del High Road, asestó un doble golpe en la Vuelta a Suiza al imponerse en la sexta etapa, disputada entre Ambri y Verbier sobre 188 kilómetros, en la que
arrebató el jersey de líder al español Igor Antón, del Euskaltel Euskadi.

Kirchem ganó con claridad ante un grupo que marcaron la carrera en los dos últimos kilómetros, punto en el que empezó a ceder Igor Antón, que no aguantó el ritmo de los mejores. El luxemburgués, ganador este año de la Flecha Valona y dos etapas en la Vuelta al País Vasco, marcó un tiempo de 5h 28 min 24 seg, haciendo bueno un fulminante arreón final.

Con el mismo registro llegó el alemán Andreas Klöden (Astaná), quien junto al ruso Ivanov, que llegó cuarto, firmó un buen trabajo del equipo de licencia luxemburguesa. La tercera plaza fue para el checo Roman Kreuziger, del Liquigas.

Igor Antón dio muestra de debilidad y el detalle no pasó inadvertido para sus rivales, que atizaron el ritmo para descolgar al líder. El corredor de Galdácano llegó con un retraso de 27 segundos, lo que le supuso ceder el maillot amarillo a Kirchen, que ahora se pone al frente de la general con 27 segundos de adelanto sobre Kreuziger y 33 respecto al jefe de filas del Euskaltel.

Una fuga sin final feliz

La etapa presentaba una dificultad al principio y otra al final con el ascenso hasta la meta de Verbier. En la primera de ellas, en el Puerto de Nufenen, techo de la Vuelta a Suiza con 2.600 metros de altitud, se formó la escapada que animó la jornada.

En el viaje once corredores que se unieron después de varios ataques del kazako Maxim Iglinsky (Astaná), uno de los corredores más combativos del pelotón. se sumaron entre otros el alemán Jens Voigt (CSC), el venezolano José Rujano (Caisse D'Epargne), y el italiano Giovanni Visconti (Quick Step).

En el kilómetro 100 el adelanto era de 11 minutos, pero a partir de ese instante la renta empezó a caer de forma vertiginosa, a medida que se aproximaba el momento clave del viaje, al ascenso a Verbier, en cuyas primeras rampas los aventureros se iban quedando clavados uno a uno.

Con ocho kilómetros hasta meta que ofrecían pendientes medias del 8 por ciento y máximas del 12, dos supervivientes: el suizo Mathias Franck y el irlandés Philip Deignan (AG2R), trataron de resistir sin éxito alguno, ya que los favoritos habían empezado a imponer ritmo de caza.

A falta de cuatro kms atacó el belga Stijn Devolder, el ganador del Tour de Flandes que solo estaba en la general a 22 segundos de Antón. Con el amarillo cerca de sus espaldas se vio superado bajo la pancarta del último kilómetro por los hermanos Schleck -Andy y Frank, Andreas Klöden, Kreuziger y Kirchem, en un auténtico festival de corredores luxemburgueses. Antón se iba despidiendo del liderato a 15 segundos del tren de cabeza.

Con la meta a la vista Kirchem cambió de ritmo para ganar unos metros y poder celebrar a lo grande su cuarta victoria de la temporada y presentar su candidatura a la Vuelta a Suiza. Mañana se disputa la séptima etapa entre Gruyeres y Lyss, de 171 kilómetros de recorrido. El sábado, una cronoescalada puede permitir a Antón recuperar tiempo. No es un especialista, pero sí sube bien.

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