La exseleccionadora española de natación sincronizada Anna Tarrés ha recibido la Medalla de Oro al Mérito Deportivo de Barcelona, su ciudad natal, que ha reconocido la "excelencia" de su trabajo y sus aportaciones para la popularización de ese deporte en Cataluña y España.

Tarrés (Barcelona, 1967) ha sido galardonada con este reconocimiento por el alcalde de la capital catalana, Xavier Trias, en una ceremonia celebrada en el Saló de Cent del Ayuntamiento, a la que han asistido familiares y amigos, así como personalidades del mundo de la natación y del deporte catalán.

En un discurso cargado de sentimiento, Tarrés ha repasado su carrera basada, según ha señalado, en "el sacrificio, la creatividad y la búsqueda de la perfección" de un deporte minoritario en España que se popularizó, en parte, por las 55 medallas conseguidas entre Juegos Olímpicos, mundiales y europeos.

"Hemos luchado contra el no, ya fuera porque no podíamos, porque no había dinero, porque no era posible, porque no teníamos piscinas y, a pesar de las dificultades, hemos tirado adelante -ha recordado-. Hemos convertido los sueños en coreografía".

Tras los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 en los que alcanzó una plata con el dúo formado por Andrea Fuentes y la debutante Ona Carbonell y un bronce por equipos, ratificando los dos podios logrados cuatro años antes en Pekín, Tarrés fue destituida, no sin polémica, por la Federación Española de Natación.

En este sentido, la actual entrenadora del Club Natación Kallipolis -cuna de la natación sincronizada española- se ha mostrado combativa: "Hace un año me quedé fuera de juego. Me arrancaron una parte de mi corazón y de mi cuerpo. Pero eso no privará que pueda seguir viviendo por y para el deporte".

Por ello, la catalana ha dicho "haber aprendido que los momentos son efímeros", porque, bajo su punto de vista, "casi todo se puede comprar, pero no todo está en venta".