El primer modelo es el Caliber, que intenta competir en el segmento de los compactos de más de cuatro metros con una imagen rotunda y diferente a la de otros competidores. Sus dimensiones son mayores que la de sus rivales y su aspecto casi parece el de un todoterreno.

Lleva suspensiones independientes en las cuatro ruedas y tracción delantera. Es un coche agradable, amplio, que llama la atención y ofrece soluciones curiosas.

ANÁLISIS

Prestaciones

El motor turbodiésel es de origen Volkswagen (el mismo del Golf, A3 y León), con la misma potencia y cambio manual de seis velocidades. Funciona a la perfección, aunque es algo ruidoso, ya que en el Caliber no está tan bien insonorizado como en sus rivales europeos. Ofrece unas prestaciones de primer orden con unos consumos más que correctos.

Equipamiento

El Caliber sorprende por su equipamiento en algunos detalles y sus carencias con respecto a los vehículos europeos. El equipo de seguridad es correcto, con control de estabilidad de serie, pero no lleva climatizador ni volante en cuero ni luces o limpiaparabrisas automáticos, pero monta llantas de 18 pulgadas, programador de velocidad y un completo equipo de sonido.

Vida a bordo

Gracias a sus dimensiones exteriores, el Caliber ofrece un buen espacio interior y un generoso maletero, además de muchos huecos para pequeños objetos y una enorme guantera en el salpicadero, aunque los plásticos interiores son poco vistosos y duros y su terminación, mejorable. Tiene detalles curiosos, como los altavoces reversibles situados en el portón del maletero para escuchar música desde el exterior cuando está abierto.