Álvaro Robles y Ovidiu Ionescu no pudieron en la final del Mundial de tenis de mesa con los grandes favoritos del torneo, los chinos Ma Long, diez veces campeón del mundo, tres campeón olímpico y apodado 'El Dictador', y Wang Chuqin, considerado su sucesor y gran dominador de las categorías junior de este deporte.

En poco más de media hora, la pareja china arrasó a la hispano-rumana por un contundente 4-1 (11-3, 8-11, 11-7, 11-3 y 11-5), en un partido sin color y sin apenas opciones para Robles y Ionescu. La plata, no obstante, acaba con una sequía de medallas mundialistas para el continente europeo que se extendía desde 2005.

Tras quince años sin que una pareja del Viejo Continente alcanzase una final, especialmente decepcionado estaba Robles, que ya ha roto el techo del tenis de mesa español en un Mundial. Su plata ya es el mayor hito de este deporte para España, aunque llegó a soñar con el oro, especialmente en el segundo set que ganaron y que parecía que podía suponer el camino hacia una victoria bastante improbable.