El Mundial de Fórmula 1 más emocionante de la última década tendrá el atractivo circuito de Suzuka en Japón como escenario de la primera gran batalla entre Fernando Alonso (Renault) y Michael Schumacher (Ferrari), el actual campeón, contra el heptacampeón.

Tras una semana 'movidita' en Renault, con acusaciones de Alonso a Fisichella y del italiano al español , con el cambio de puesto del mecánico más famoso del mundo, el de la tuerca, la tempestad parece haberse calmado y la semana ha terminado con el cierre de filas y la conjura de la marca francesa para que Alonso renueve su corona.

Una tranquilidad que necesita el asturiano, que tendrá que dar el 150% de sí mismo si quiere apuntarse su segundo título, y, sobre todo, no fallar ni romper el motor de su R26 porque, en tal caso, una victoria de su adversario significaría la pérdida matemática del campeonato.

La batalla de las gomas

La clave, como viene advirtiendo el asturiano desde hace tiempo, estará en la otra guerra, la de los neumáticos. Bridgestone podría contar con una ligera ventaja ya que corren en 'casa' al ser japoneses, aunque Michelín contaría contrarrestaría ese pequeño handicap si la carrera fuese en condiciones de lluvia.

El trazado en 'ocho' de Suzuka, uno de los clásicos del Mundial y que, por su elección para las últimas pruebas de cada temporada, ha decidido bastantes campeonatos, puede volver a ser la llave que decida el Mundial.

Alonso, contra Schumacher; Renault, contra Ferrari; Michelín, contra Bridgestone. Todo está listo para un Gran Premio que promete ser espectacular.