Fernando Alonso y todos sus fans se identificarán esta temporada con el rojo y el blanco. Tras conocer los detalles de su nuevo monoplaza, esos dos colores son los que predominan este año en coche del equipo italiano. Y, por ende, serán el santo y seña del asturiano.

Pero antes de llegar hasta aquí muchos han sido los equipos -con sus respectivos coches- que han servido como nexo de unión entre Alonso y su afición.

Arrancó su carrera en la Fórmula 1 en 2001. De la mano de Minardi, un joven piloto saltaba a las primeras páginas de los diarios con su monoplaza. Sus colores, muchos más agresivos que en un futuro tendrá, serían oscuros.

En 2002, dio el salto a Renault. Esto marcó un antes y un después en su carrera. No sólo por los títulos de 2005 y 2006, sino por ese distintivo que identificará a Alonso y a sus seguidores a partir de ese momento: el color azul. Tanto en su mono como en su monoplaza (y también por la bandera asturiana), es el color presente en todas las victorias del piloto español. La 'Marea Azul' se ha hecho notar en cada rincón del 'gran circo'.

En 2007, ya con McLaren, un giro radical a su monoplaza. Una de las flechas plateadas era pilotada por el asturiano. Esto duró poco. Sus desavenencias con Hamilton y Dennis amargaron la estancia de Alonso, volviéndola del color de su coche: gris.

En 2008, vuelta  Renault, pero con otros colores. El amarillo y el naranja no le dieron buena suerte a Alonso, ya que fuern dos años discretísimos en cuanto a logros deportivos se refiere.

Ahora en 2010, y ya en Ferrari, la imagen del asturiano da otro giro. Tras ver su nuevo monoplaza, el rojo y el blanco son los que mandarán ahora en la vida deportiva de Alonso. La 'Marea Azul' le seguirá allá donde vaya, pero tendrá que dejar hueco al rojiblanco.