Que el último ganador de la Vuelta a España, Alberto Contador, no fuera a defender su dorsal 1 en 2015 era previsible. Aunque en alguna ocasión ya ha esbozado su deseo de afrontar las tres grandes en una misma temporada, lo cierto es que Contador ha faltado a la ronda española del año siguiente en las dos ocasiones anteriores en las que se impuso.

Con la propuesta de Oleg Tinkov sobre la mesa, ese millón de euros ofertado a Vincenzo Nibali, Nairo Quintana, Chris Froome y su propio jefe de filas, el deseo del madrileño parecía acercarse a la realidad. Froome lo vio con buenos ojos inicialmente, aunque tras la presentación del Tour acabó cuestionándose su presencia en la ronda gala. Nibali, que bastante tiene con haber ganado el último Tour y con la mala imagen que azota al equipo Astaná por el dopaje, se desmarcó de la idea pronto. Quintana admitía curiosidad, aunque antes lo había hecho su director Eusebio Unzué, al que supedita las grandes decisiones.

Y desde el entorno del Kilimanjaro, donde el equipo Tinkoff-Saxo afronta una pretemporada especial en la que se incluye la ascensión al monte más alto de África, Contador adelanta que de cara al 2015, anunciada de antemano su vuelta al Giro de Italia, sus objetivos serán la corsa rosa y el Tour de Francia. Aunque Bjarne Riis, su director, también ha manifestado que le ve capaz de hacer podio en las tres.

"En principio el plan es el de hacer Giro y Tour, que es un reto lo suficientemente difícil para exigir el máximo esfuerzo", comentó el ciclista en la sintonía de la Cope, consciente de que las fuerzas gastadas en el primero le pueden pasar factura en el segundo.