El ímpetu con el que algunos aficionados al ciclismo se acercan a las grandes rondas para ver de cerca a los miembros del pelotón a veces se excede. Es lo que ocurrió en la duodécima etapa del Giro de Italia, disputada entre Cuneo y el Pinerolo.
Uno de los ciclistas, el austriaco Marco Haller, se vio sorprendido por un fan que tenía demasiadas ganas por llevarse un recuerdo muy preciado: su bidón de agua. Tantas ganas tenía que ni siquiera esperó a que el ciclista del Katusha-Alpecin se bajara de la bici... ni que dejara de beber.
El fan vio que Haller se dirigía hacia donde estaba y lanzó la mano para coger la botella, que aún sujetaba el corredor con la boca. El enfado de Haller fue absoluto, no sólo por el atropello y la mala educación del aficionado, sino porque le pilló totalmente desprevenido. Después de encararse con él y llamarle la atención, la seguridad de la prueba se lo tuvo que llevar para que la discusión no fuera a mayores.
O bicho pegou com Marco Haller @mhaller91 pic.twitter.com/63kJ8a6vDq
— Junimba (@junimba) May 23, 2019
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