Solo hacía falta que se hiciera oficial, y ocurrió este lunes: Vicente del Bosque deja de ser seleccionador español. Se va tras casi ocho años al frente del equipo nacional y un balance muy exitoso tras ganar un Mundial y una Eurocopa.

El final no ha sido el deseado, con eliminaciones dolorosas en el Mundial de 2014 y la Eurocopa de este año, pero sin duda el ciclo de Del Bosque será recordado como el de más éxito de la historia de España.

Del Bosque cogió en julio de 2008 a un equipo campeón de Europa, nada menos, y el reto era de lo más complicado: seguir con la exitosa senda que había marcado Luis Aragonés, que ganó la Eurocopa practicando además un gran fútbol.

El primer reto, además, acabó en fiasco. Si bien la Copa Confederaciones está considerado un torneo menor, la derrota en semifinales ante Estados Unidos (0-2) fue un aviso para España, ser campeones de Europa no era garantía de nada.

La clasificación para el Mundial que se iba a disputar en Sudáfrica fue realmente espectacular, con España ganando los diez partidos que disputó, marcando 28 goles y encajando solo 5. Sin embargo, una vez ya en el campeonato, la derrota en el primer partido ante Suiza hizo que las críticas afloraran hacia el seleccionador. El foco fue la elección de un doble pivote (formado por Busquets y Xabi Alonso), mientras que en la etapa anterior solo se usaba un mediocentro, y además muy ofensivo (Marcos Senna).

Pese a las durísimas críticas recibidas, Del Bosque mantuvo su idea inicial y las victorias ante Honduras y Chile, con un David Villa estelar, dieron la clasificación para los octavos de final.

Fue un torneo realmente duro para la selección española. Pese a dominar los partidos con mucha claridad, costó un mundo marcar goles y un resultado se convirtió en fetiche: el 1-0. Ante Portugal, la entrada de Fernando Llorente y un tanto de Villa dio la clasificación; en cuartos, la eliminación estuvo cerca, pero un penalti detenido por Casillas a Cardozo (con 0-0 en el marcador y en la segunda mitad) y el gol posterior de, como no, David Villa, dio el pase a semifinales. Ante Alemania, fue un cabezazo de Puyol a la salida de un córner el que decidió el choque. Y la final, ese inolvidable partido que todo español recuerda casi como si fuera ayer, fue para España gracias a una pierna de Casillas en un mano a mano ante Robben y a un gol en los minutos finales de la prórroga de Iniesta. Era el primer Mundial de la historia para España.

España llegó a la Eurocopa de Polonia y Ucrania como la gran favorita tras una fase de clasificación que fue nuevamente un paseo, con ocho victorias en otros tantos partidos, 26 goles a favor y 6 en contra, y la vitola de actual campeón europeo y mundial.

El torneo comenzó con algunas dudas, como el empate en el estreno ante Italia y la sufrida victoria ante una Croacia que llegó a poner en peligro hasta la clasificación para la siguiente fase. Sin embargo, según avanzó el campeonato, España fue mostrando su fortaleza y ante Francia dio un golpe de autoridad con una convincente victoria (2-0, ambos de Xabi Alonso). Ante Portugal, pese al dominio español, fueron los penaltis los que decidieron, y el fallo de Almeida dio el pase a España. La final fue una de las grandes exhibiciones de la historia del fútbol, con una paliza a Italia (4-0) para el recuerdo. Fue el broche de oro para una generación inolvidable, aunque también, aún no se sabía, el punto final.

Fue el primer aviso, aunque no se supo reconocer. España se plantó en la final tras superar en los penaltis a Italia, y en ella fue aplastada por la selección anfitriona, Brasil. El resultado fue muy duro (3-0) pero fiel reflejo de la inferioridad del combinado de Del Bosque, que se mostró en Maracaná como un equipo débil, sin alma y sin juego.

Pese a los evidentes signos de desgaste de muchos de los jugadores que habían sido clave en el exitoso ciclo, Del Bosque apostó nuevamente por ellos retrasando el relevo generacional. El resultado no pudo ser más nefasto. Con solo dos partidos disputados, España se quedó fuera del Mundial y sin opciones de revalidar título.

Primero fue una goleada ante Holanda (1-5) que destapó las muchas carencias de un equipo que evidenciaba la necesidad de savia nueva. Después, Chile fue muy superior y eliminó a España (2-0) en la que se convirtió en la peor actuación de un campeón. El 3-0 ante Australia no supuso demasiado alivio.

El seleccionador volvió a retrasar el relevo generacional y, quitando las bajas obligadas de Alonso, Xavi, Puyol o Villa, siguió confiando en el nucleo duro del que equipo que era aún campeón de Europa.

Tras una primera fase con luces (brillante partido ante Turquía) y sombras (derrota ante Croacia), la segunda posición de grupo le llevó a un enfrentamiento ante Italia en el que la selección española volvió a evidenciar que el fin de ciclo era un hecho. El conjunto transalpino no dio ninguna opción a la Roja, el ciclo de Del Bosque acabó de mala manera.