Crepúsculo: Amanecer. Parte 1

Mi abuela tenía la costumbre de tirar de aquella muletilla que decía “los tiempos cambian que es una barbaridad”. En realidad con mis ojos de niño (entonces) y aún hoy creo que la mujer exageraba, y que aquellos episodios que le hacían echarse las manos a la cabeza (la emisión por vez primera en TV de El imperio de los sentidos o la “sacrílega” performance de Vagina Dentata Organ en La Edad de Oro en horario de mínima audiencia) en realidad tampoco eran para tanto: había por aquellos tiempos una mayor voluntad en que pareciera que el mundo estaba cambiando que un verdadero motor de transformación funcionando a pleno rendimiento. Casi nada en comparación con la cantidad de frentes que tenemos abiertos en la sociedad actual y que exigen una capacidad de adaptación al medio más propia de un cyborg que de un individuo de carne y hueso. Un ejemplo: esta semana, la misma en la que se impone en las tiendas la polémica Ley Sinde-Wert, se comercializa también en nuestro país –con un retraso de un mes sobre otras zonas del parque Home Video- Crepúsculo: Amanecer. Parte 1. Hasta ahí todo correcto. De hecho en EE UU ha batido todos los records de ventas en las primeras semanas de su comercialización, así que poco chiste.

Sin embargo, al proponerle a la distribuidora si podrían ceder para la web de CINEMANÍA en exclusiva algunos de los extras contenidos en esta edición la respuesta vino a ser algo así como si estaba de broma. En realidad parte de los extras de la edición americana (esto es, los mismos que en la edición española desprovistos de subtítulos en castellano) se pueden visionar en YouTube desde hace semanas. En esta misma web hemos sacado alguno de ellos, como estas tomas falsas. Me sorprendió el pragmatismo de la respuesta, pero una vez superado el shock inicial, CINEMANÍA y servidor de ustedes se unen a la fiesta e incluyen a continuación piezas como este El destino de Jacob: ¿Cómo afronta Jacob esta nueva situación? o Vídeo personal de la boda de Bella y Edward, de los que podrán disfrutar igualmente (faltaría más) aquellos que apuesten por la calidad de imagen y sonido se hagan con la edición física y “legal” en las tiendas.

Pues eso, que los tiempos cambian que es una barbaridad, porque antes se cantaba que “todo está en los libros” cuando ahora mismo sabemos que eso no es cierto: en realidad, donde está todo es en YouTube.