El Sevilla alza la séptima al cielo de Budapest

Los jugadores del Sevilla levantan la copa.
Los jugadores del Sevilla levantan la copa.
EFE
Los jugadores del Sevilla levantan la copa.

El Sevilla se proclamó este miércoles campeón de la Europa League en un dramático fuelo ante la Roma de Mourinho que empezó por detrás en el marcador, empató en la segunda parte y culminó en los penaltis. Mendilbar recogió el mayor premio de su vida tras una carrera de sufrimiento, la séptima del Sevilla, ante un Mou que rompió su pleno en finales europeas.

El comienzo fue bastante espeso por ambos equipos. Conscientes todos de que en juego había un título, el primer gran aviso fue de la Roma y no llegó hasta el minuto 12, cuando Çelik cedió el balón atrás para el remate de Spinazzola en el punto de penalti. Su disparo, aunque potente, fue demasiado centrado y el guardameta Bono repelió la pelota con destreza. 

Con el paso de los minutos el cuadro sevillista se hizo con la posesión, pero no respondió con peligro a esa tesitura, todo lo contario, pues el gol de la Roma no tardaría en llegar. Bryan Cristante forcejeó con Ivan Rakitic en el círculo central, pero el árbitro no decretó nada mientras los hispalenses protestaban. Controló el balón Gianluca Mancini, que raudo realizó un pase en profundidad para el desmarque de Paulo Dybala, quien tan solo tuvo que cruzarla para abrir el marcador.

Algo anestesiado por ese golpe, el Sevilla solo reaccionó en los últimos minutos de primer acto, cuando la tuvieron para lograr la igualada antes del descanso. Los pupilos de José Luis Mendilibar encontraron su oportunidad en el 43', un cabezazo de Fernando Reges a la salida de un córner botado por Rakitic. El remate del centrocampista brasileño se marchó por encima del travesaño, aunque sirvió de alerta al arquero de la Roma.

Hasta entonces prácticamente inédito, Rui Patrício acumuló trabajo antes del descanso, pues Rozó el gol Rakitic, con un zurdazo desde la frontal del área al primer toque, que se estrelló en el poste en el tiempo añadido. Pero la Roma aguantó, extendiendo su estadística no haber encajado gol en la primera mitad a 12 de sus 15 partidos.

Al regreso de los vestuarios, la mejor dinámica sevillista encontró el premio del 1-1 en el 55'. Antes, Alex Telles estuvo cerca de marcar con un zurdazo que salió demasiado alto, pero la igualada sí que llegó de manera fortuita. Tras hilvanar una ofensiva por el costado derecho, Jesús Navas centró al corazón del área para buscar una cabeza amiga. El balón lo acabaría empujando dentro Mancini en propia meta.

El gol activó al combinado español ante una Roma hundida, pero más cerca estuvieron los italianos del segundo que los de Mendilibar. A raíz de una jugada a balón parado, se formó un barullo que acabó con remate de Chris Smalling a bocajarro en el área pequeña. Bono hizo una parada impresionante y el rechace lo tiró fuera Roger Ibañez, cuando tenía la portería ante sí.

La tensión iba 'in crescendo' y eso se plasmó en una aparente falta del propio Ibañez a Ocampos dentro del área. En primera instancia, el árbitro Anthony Taylor apreció zancadilla y señaló penalti. Sin embrago, el 'trencilla' inglés anuló su decisión bajo consulta del VAR. La Roma reclamó poco después otra pena máxima, por mano de Fernando, descartada también por el VAR.

A partir de ahí el encuentro se encaminó hacia un desenlace de taquicardia. En el 85', una falta en tres cuartos de campo fue botada por Lorenzo Pellegrini con picardía; viendo a su compañero Andrea Belotti desmarcándose entre línea, el capitán picó el balón en su búsqueda; Belotti se estiró, en escorzo, y tóco con la puntera.

Pese a no rematar de lleno, el balón llevaba buen camino y obligó a que Bono hiciera otra parada providencial. Ambos entrenadores, que respectivamente habían gastado dos cambios, eran reticentes a mover más piezas de su banquillo porque se avecinaba la prórroga. A punto estuvo En-Nesyri de evitarla, con un cabezazo por encima del larguero, pero no.

Un prórroga con poco fútbol

No obstante, ambas escuadras reservaron fuerzas para la siguiente batalla de 30 minutos. Regresó entonces la espesura del inicio de partido, con miedo a equivocarse y sin que ninguno de los contendientes amenazase en el área contraria. Apenas sacó un córner Rakitic, pero sin hallar rematador, y se agotó ahí el primer capítulo de la prórroga.

Un tiro lejano del sevillista Nemanja Gudelj, a media altura, abrió las hostilidades de la segunda parte del tiempo extra. Pero la energía escaseaba en los dos clubes, incluyendo un par de parones por atención médica a Smalling y luego a Matic, con sendas molestias musculares. Con ello, los 'giallorossi' apuraban el cronómetro mediante cualquier arte.

Poquísimo hubo hasta expirar la prórroga, a tenor de un encontronazo que dejó a Gudelj dolido sobre el césped. El árbitro dio 10 minutos de prolongación, y en el último suspiro Smalling cabeceó al travesaño un saque de esquina. Así, la tercera final consecutiva de Europa League con prórroga dio paso a la tercera tanda de penaltis seguida.

En la tanda, Mancini e Ibañez fallaron el segundo y tercer lanzamiento de los romanos, respectivamente. Sí que marcaron los sevillistas Ocampos, Lamela y Rakitic, antes de que emergiera Gonzalo Montiel para anotar el penalti decisivo después de que el árbitro lo mandase repetir, ya que Rui Patrício lo había parado ilegalmente.

El defensa argentino, que ya dio a su selección el título de campeón en el pasado Mundial transformando otra pena máxima en la tanda definitiva, vivió la gloria otra vez desde los 11 metros. Engañó a Rui Patrício, con su segundo disparo al lado opuesto, y abrochó el séptimo entorchado del Sevilla en su competición fetiche.

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Sevilla - Roma, en directo: última hora de la final de Europa League
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