No parece importarle demasiado la Liga a un Real Madrid con la cabeza en la final de la Copa del Rey del sábado que cayó ante la Real Sociedad (2-0) para dejarle el título casi a punto a un Barcelona que tiene ya una renta de 14 puntos a falta de solo cinco jornadas. Los goles de Kubo y Barrenetxea refuerzan el puesto de Champions de los donostiarras.
El equipo de Carlo Ancelotti no estuvo nada cómodo y concedió demasiado en una primera mitad en la que la Real quiso llevar el peso del juego, aunque sin poder despistarse lo mínimo porque cada balón que recuperaba el conjunto blanco también significaba peligro para los locales.
El primer aviso madridista llegó en un gran disparo desde el semicírculo del área de Tchouameni, que remató de maravilla y obligó a Remiro a lucirse para evitar el tanto; al igual que hizo el cancerbero navarro en un cabezazo de Rodrygo que iba a gol.
La reacción de la Real llegaría de las botas de un ex del Madrid, Take Kubo, que fue el atacante blanquiazul que interpretó mejor lo que el partido requería y con su verticalidad obligó a Nacho a sudar tinta cada vez que se hacía con la pelota el delantero japonés.
La Real tuvo su gran ocasión para irse al descanso con ventaja en un saque de esquina en el que el Real Madrid no estuvo nada fino, erró en la marca de Martín Zubimendi y el internacional, solo bajo palos, remató al larguero con Thibaut Courtois batido.
Los donostiarras fueron a por todas viendo que su rival estaba falto de reacción y superado en la medular. Sorloth se hizo con un balón para encarar a Courtois y viéndole desmarcado se la dejó a Silva, para que el canario sorprendentemente rematara mal y desperdiciara una ocasión de oro para los suyos.
La segunda mitad empezó de fábula para los vascos, que aprovecharon un garrafal error de Militao, que no estuvo preciso en una peligrosa cesión a Courtois que acabó en los pies de Take Kubo. El japonés llegó antes que el portero belga y abrió el marcador.
El Real Madrid quedó tocado, mostró su potencial ofensivo con pinceladas y casi siempre mirando hacia atrás porque cuando perdía un balón la Real salía en tromba hacia la portería blanca a finiquitar el encuentro.
La polémica expulsión de Carvajal, que ya tenía una amarilla y entró fuerte en el centro del campo a Aihen Muñoz, allanaría definitivamente una victoria local confirmada a cinco minutos del final cuando Ander Barrenetxea logró el segundo en un soberbio tiro para acabar definitivamente con la lucha por la Liga.
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