Un año se va a cumplir de la impactante lesión de Alexander Zverev en la Philippe Chatrier de Roland Garros. El tenista alemán, que se torció el tobillo en las semifinales de la Copa de los Mosqueteros ante Nadal, dejaría una de las imágenes más desgarradoras que se recuerdan en la historia del segundo Grand Slam del año. 

El partido comenzó a un ritmo descomunal y, si nada cambiaba, iba a recordar como uno de los mejores partidos de los últimos años en esta superficie. Tras más de tres horas de encuentro en sólo dos sets y con un marcador de 7-6 y 6-6 a favor del español, el jugador bávaro golpeó una bola de derecha desde el fondo de la pista con la mala fortuna de realizar un mal apoyo con su pie derecho. Eso propició que todo el peso de su cuerpo cayera sobre su tobillo y provocase una rotura de hasta siete ligamentos. 

Los gritos de dolor de Alexander se escuchaban en todo el recinto tenístico de París después de este dramático incidente. Nadal, al ver dicha acción, corrió rápidamente al otro lado de la red para ayudar a un Zverev que tuvo que abandonar la pista en silla de ruedas. Minutos después, el talento de Alemania volvió a la cancha, en muletas, para anunciar su retirada y poner fin a un partido que, si no es por la lesión, estaría escrito en los libros de historia del tenis mundial. 

Casi un año después del incidente, Zverev ha vuelto a la competición y anhela coger el ritmo lo más pronto posible para poder pelear de nuevo por los puestos de arriba. Además, recordó este famoso contratiempo con unas declaraciones que han puesto en jaque al mundo del tenis: ''Podría haber ganado a Nadal en la semifinal de Roland Garros'', sentenció en una entrevista en Eurosport. Tras la vuelta a los terrenos de juego en Miami y cosechar una derrota en primera ronda del torneo de Florida, 'Ale' se ha puesto el mono de trabajo y ya está en segunda ronda de Montecarlo tras vencer a Bublik en tres sets (6-3, 2-6 y 4-6).