El miedo de Red Bull por Alonso, más real que nunca en Australia: "Es muy rápido"

Fernando Alonso y Max Verstappen, en rueda de prensa.
Fernando Alonso y Max Verstappen, en rueda de prensa.
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Fernando Alonso y Max Verstappen, en rueda de prensa.

Fernando Alonso ha vuelto a soñar, sonreír y disfrutar pilotando gracias a Aston Martin, tras un sensacional comienzo de año únicamente opacado por los Red Bull. Y se nota que sigue teniendo ese aura imponente que sólo pueden exhibir los auténticos campeones, porque un piloto de 41 años, bicampeón hace casi dos décadas, retirado en 2018, se ha convertido en la mayor preocupación de la escudería austríaca. "No están tan lejos", avisa Alonso tras la clasificación de Australia.

Sus dos primeros podios le mantienen a sólo 14 puntos del líder del Mundial, Max Verstappen, al que ya se le va notando algo inquieto, pero también con ganas de que el AMR23 de el salto para competir de tú a tú con Fernando. A 'Mad Max' le apetece jugar, a Alonso también, y nunca han competido mano a mano en igualdad de condiciones, aunque no sabe si le saldrá bien o mal meterse en la boca de un lobo tan experimentado como el asturiano.

En Red Bull, además, saben que el más mínimo error Alonso lo aprovecha, porque si algo tiene es que sabe permanecer con paciencia al acecho de sus rivales para sacar más partido que nadie a sus fallos. Además, Aston Martin es el equipo con más margen de mejora en el coche, y con más tiempo de túnel de viento respecto a los equipos punteros. Aun así, alcanzar el ritmo de Red Bull no será tarea fácil.

En Australia, sin ir más lejos, Alonso saldrá a por todas. Ya sabe lo que es ganar allí un domingo 2 de abril, y como se pudo apreciar incluso en los entrenamientos libres, donde marcó el mejor tiempo, su ritmo en carrera y a una vuelta en Albert Park es endiablado. Lo más cercano que ha estado a Red Bull desde que arrancó el Mundial, para apretar y poder sumar por fin la victoria '33'.

Apretar, además, más que nunca, porque ya se han visto nerviosos a los dos Red Bull en el trazado de Melbourne. Verstappen protagonizó el viernes varias salidas de pista e incluso un trompo tras una curva cerrada, mientras Pérez no se comió los muros del trazado semiurbano de milagro en otras tantas ocasiones. Todo por forzar e ir al límite, para mantener esa intimidante ventaja que parece disiparse por momentos.

El nerviosismo ya se ha empezado a extender, lentamente, en el box de Red Bull, y no es para menos. Su rival no es un Hamilton 'cansado' de ganar o un Leclerc que aún no ha saboreado las mieles de la victoria. Su rival es uno de los pilotos más talentosos de la historia, que lleva deambulando más de 15 años por la parrilla en busca del proyecto soñado, del coche definitivo, después de encadenar decepción tras decepción allá donde fue después de Renault.

Su rival es un piloto desquiciado y más peligroso que nunca, un piloto al que ese sufrimiento de décadas, que le forzó a retirarse, le ha hecho más fuerte, más frío, más despiadado y más inteligente en la pista. Tiene hambre, mucha hambre, porque sabe que merece más campeonatos mundiales de los que luce su palmarés. Se le agota el tiempo, pero no piensa retirarse sin su tercer Mundial.

Un tercer Mundial que ha tenido varias veces en sus manos, en la última carrera. Nadie ha vivido un destino tan cruel en la Fórmula 1 como lo ha hecho Fernando Alonso, que vio como se escurrían entre sus dedos los mundiales de 2007, 2010 y 2012. Casi nada. Hace 11 años que no dispone de un coche verdaderamente competitivo, y la esperanza que le ha otorgado el AMR23 en el ocaso de su carrera lo convierte en un adversario temible, sin nada que perder ni nada que demostrar, y con un sólo objetivo que pretende cumplir aunque le cueste la vida.

Todo esto, además de sentirlo en sus pieles, en la marca de las bebidas energéticas lo saben. Saben que Fernando, tan relajado y risueño como aparece en cada circuito, guarda dentro la bestia competitiva que quiere devorarles antes de decir adiós. Lo tienen, de hecho, muy claro. Tanto, que son incapaces de quitarle ojo, como Adrian Newey al AMR23.

"Alonso... es muy rápido. Está a 14 puntos del Mundial. Eso no es nada. Si nuestros pilotos fallan, él va a estar ahí", cuenta Helmut Marko, voz autorizada en Red Bull. Voz de la experiencia, más incluso de la que puede presumir Fernando, que ya ha dejado caer en múltiples ocasiones que no se fía de él ni de Aston Martin. Y como él, Christian Horner también lo sabe: "Australia va a ser una carrera tremendamente reñida".

Por último, no hay que olvidar que Albert Park se adapta bien a las características del Aston Martin que incluso en Jeddah, en un circuito no tanto para sus cualidades, también fue el segundo mejor coche. La diferencia es que en Melbourne siempre pasan cosas, muchas cosas. Lluvia, coche de seguridad, toques, accidentes, salidas de pista... Eso Fernando también lo vivió, como vivió allí la victoria, y sabe que todo puede suceder. Mientras, en Red Bull, el miedo al 'samurái' español ya les sigue 'a rebufo'.

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