Entrevista

Alejandro Requeijo: "Los aficionados vamos a defender la camiseta, no somos espectadores, sino parte de lo que está sucediendo"

  • El periodista de 'El Confidencial' publicó su libro 'Invasión de Campo', un manifiesto contra el fútbol como negocio.
Alejandro Requeijo posa con su libro 'Invasión de campo'.
Alejandro Requeijo posa con su libro 'Invasión de campo'.
Alejando Requeijo
Alejandro Requeijo posa con su libro 'Invasión de campo'.

Alejandro Requeijo conoce muy bien las entrañas del fútbol. Entre muchas otras, el periodista de El Confidencial participó en la elaboración de las publicaciones que sacaron a la luz tramas como la de los 'Supercopa Files' o los audios de Florentino, informaciones que desvelan los oscuros caminos de la industria del deporte rey. Con esos conocimientos, pero sobre todo con los que ha aglutinado como aficionado tras años de numerosos sacrificios para alentar a su equipo, publica el libro Invasión de Campo: un manifiesto contra el fútbol como negocio y en defensa del aficionado (Ediciones B).

El autor, que traza en 300 páginas los pilares de la industrialización alejada del aficionado que vive el fútbol en los últimos años, atiende a 20 Minutos para hablar de del futuro del deporte, de la Kings League, de las movilizaciones de aficionados y de la esperanza de vida del fútbol, un juego que va más allá del rectángulo de juego y que sigue admirando a pesar de estar ya acostumbrado a sumergirse en sus cloacas. 

Este libro lo escribe más el Alejandro hincha que el Alejandro periodista, ¿cuántos años de disgusto con el fútbol negocio ha tardado en explotar?El libro refleja una experiencia vital basada en acudir a estadios desde que tengo uso de razón, siempre me he fijado en los detalles que rodean al rectángulo de juego, he notado una evolución y, sin ánimo de regocijarme en la nostalgia, hay cosas que me gustan y otras que no, como el maltrato al hincha. Es difícil cuantificar en cuántos años de cabreo, porque a mí el fútbol en su mayoría me provoca alegría, pero creo que es una radiografía silenciosa y paulatina de los que tenemos conciencia y cultura de grada.

Hay toda una corriente reciente de este tipo de manifiestos, ¿ha nacido una conciencia colectiva de que todavía no es demasiado tarde para 'invadir el campo'?Creo que en toda la historia del futbol ha habido resistencias al fútbol-negocio, en los primeros años del siglo XX encontrarás movimientos que estaban en contra de la profesionalización. Ahora nos encontramos en otra fase de desafíos distintos y peligrosos. No estoy a favor de que se vuelva al amateurismo y creo que ese eslogan del 'odio eterno al fútbol moderno' se queda solamente en eso, en un eslogan, hay que ir más allá y defender modelos en los que es compatible la viabilidad económica con el respeto al aficionado y creo que hay ejemplos de esto, como la Premier.

El fútbol avanza a su 200 cumpleaños... Si tuviese que elegir el fútbol de alguna etapa, ¿con cuál se quedaría?Yo creo que cada persona tiene su momento emocional, su Mundial emocional. A mí me tocó el del 94, le tengo mucho cariño a esa edición, a pesar de que mucha gente lo señala como el principio de la mercantilización del fútbol. Por otro lado, yo que soy del Atlético de Madrid me quedaría con la década de los 70, que es la década bajo mi punto de vista más potente en lo estético e identitario de mi equipo.

Creo que ese eslogan del 'odio eterno al fútbol moderno' se queda solamente en eso, en un eslogan

¿Qué vía de escape propone para el aficionado español harto del fútbol negocio?Para mí, el refugio del hincha pasa por asumir que no somos clientes y que tenemos capacidad de condicionar algunas de las decisiones de nuestros dirigentes. Se ha visto en Inglaterra, cuando salieron a la calle a protestar contra la Superliga y a más de uno en un despacho le temblaron las piernas y renunciaron. También aquí el Atlético de Madrid se bajó del proyecto de la Superliga y no creo que por convicción moral, sino por temor a las sanciones y al clamor de la gente.

También hay una vuelta a lo local de gente que está saturada de un exceso de mercantilización y de la rivalidad explotada hasta límites ridículos entre el Real Madrid y el Barcelona. Gente que le ha dado la espalda a todo eso y que encuentran en la liturgia de ir al estadio muchos argumentos para aferrarse a su equipo: ir al fútbol de toda la vida con los tuyos, que huela el césped en las primeras filas, identificarse con jugadores que son más cercanos, más humanos... Ejemplos como Anoeta, que está lleno de gente joven identificada con sus jugadores, con un escudo que nadie les ha tocado, con unos diseños de la camiseta que son reconocibles, con un estadio que se ha remodelado pensando en que se juegue al fútbol y no en traer a la NFL en verano...

Messi celebra ante la grada argentina uno de los goles marcados en la tanda de penaltis ante Francia.
"'El fútbol' es una herencia histórica, cultural, social, patrimonial, estética, familiar y, por lo tanto, creo que hay muchas cosas a defender".
Juan Ignacio Roncoroni / EFE

¿Qué equipo español cree que ha sufrido más los efectos de esa mercantilización que describe en su libro?Yo creo que en los últimos años, sin lugar a dudas, el Atlético de Madrid es el equipo que más elementos identitarios propios atesoraba y que en menos tiempo sus dirigentes se están empeñando en destrozar. Están adoptando decisiones propias de pirómanos y han provocado una fractura social en una de las aficiones más celebradas de España, pero creo que todavía están a tiempo de dar marcha atrás en lo que es la principal reivindicación de sus aficionados, que es recuperar el escudo legítimo.

Los equipos pierden a sus hinchas y se ven obligados a construirlos, como la famosa grada de animación del Real Madrid. ¿No se dan cuenta o no quieren darse cuenta de hacia dónde camina el fútbol en este modelo?Hay muchos equipos que están abrazando esa idea de que cuando vas a un estadio tienes la obligación de pasártelo bien. Eso hace que los estadios parezcan discotecas donde hay un speaker que, como un animador de hotel cutre de Punta Cana, va dirigiendo a los aficionados sin respetar los códigos y los tiempos y los ritmos propios que tiene una grada. Creo que en algunas gradas de animación responden a ese objetivo. 

Lo que yo defiendo es que cada grada tiene su propia idiosincrasia y que eso hay que respetarlo. Defenderé siempre todas las iniciativas que nacen espontáneamente y libremente de la grada. Me genera mucho rechazo y me hacen sospechar aquellas que vienen impuestas desde estudios de marketing hechos en despachos de diseño a 10000 kilómetros de distancia del estadio. Si una grada es ruidosa que así sea, si es callada y exigente también me parece bien que así sea, porque es su personalidad y no soy yo quien para discutirla.

La directiva del Atlético de Madrid está a tiempo de dar marcha atrás en la principal reivindicación de sus aficionados, recuperar el escudo legítimo.

¿Se atreve a ejercer de doctor desastre y a estimar cuanto le queda al verdadero hincha si el fútbol sigue en esta dinámica?Me cuesta. Incluso a mí, yo que me doy cuenta y me genera mucho rechazo esto, me costaría dejar a mi equipo. Al final los hinchas juramos defender a nuestros equipos hasta la muerte, y cuando decíamos eso nos imaginábamos que los acompañaríamos en malos momentos deportivos, en divisiones inferiores, pero nunca que iba a significar defenderlo precisamente de amenazas como estas.

Pese a haber destapado algunas de las tramas más oscuras del fútbol de los últimos años... ¿Le sigue ilusionando este deporte?Sí, claro que sí. Me sigue ilusionando este deporte y me sigue ilusionando mi equipo porque entiendo que representa mucho más que lo que sucede en un terreno de juego. Es una herencia histórica, cultural, social, patrimonial, estética, familiar y, por lo tanto, creo que hay muchas cosas a defender que siguen mereciendo mucho la pena. Me siguen emocionando los días de partido, los últimos tramos de temporada con títulos en juego, cuando hay un futbolista que me hace sentirme representado, cuando veo que en mi estadio hay una gran atmósfera... Tenemos muchos asideros para seguir en la lucha.

La grada de San Mamés inunda el estadio de billetes con los colores de Barça.
"Lo que yo defiendo es que cada grada tiene su propia idiosincrasia y que eso hay que respetarlo".
EFE

¿Qué opina de la batalla entre el fútbol y la Kings League? ¿Y sobre el lleno del Camp Nou?La final de la Kings League no es comparable al fútbol porque utiliza el fútbol como excusa, pero fue más un evento de entretenimiento con actuaciones musicales, con la interacción de conocidos streamers... La fórmula de éxito de la Kings League es que acostumbra a sus seguidores a la novedad constante y a la evolución rápida y, por lo tanto, creo que no es una sustitución tan fácil de LaLiga, pero sí da un toque de atención de cómo en los nuevos tiempos las nuevas sociedades se entregan antes a un tipo de opción de ocio más intensa, donde las cosas pasan más rápido, en menos tiempo y sobre todo más baratas. La entrada más barata era de diez euros y solo el tour del Camp Nou vale 28, probablemente hubo muchos chavales que entraron por primera vez en el Camp Nou, es un dato revelador.

Si no fomentas la visita al estadio es muy complicado que un joven entienda el fútbol como algo que va más allá de un programa de televisión

¿No es ya demasiado importante el fútbol como para que caiga?Creo que si tú a un ciudadano español de los años sesenta le dices que en el siglo XXI los toros iban a ser una cosa minoritaria, jamás se lo hubiera creído, ¿no? Era el gran espectáculo de masas y ahora no, creo que nada es infinito. Con precios abusivos, horarios absurdos, estadios cada vez más lejos de las ciudades y con unos relatos cada vez más excluyentes para el aficionado no fomentas algo fundamental como es la visita al estadio, y así es muy complicado que un joven entienda el fútbol como algo que va mucho más allá de un programa de televisión que además dura 90 minutos y en el que, a veces, no pasa nada.

La norma de los cinco cambios llegó para quedarse...¿llegará el momento en el que se pare el cronómetro cuando el balón salga?Miedo me da, pero no lo descarto. Una de las cosas que habían hecho al fútbol algo tan trascendental es sus pocos cambios en términos de reglamento desde su fundación, eso lo hace muy reconocible. Si constantemente se está manoseando el reglamento y, sobre todo, forzándolo por una búsqueda constante del espectáculo, lo que se está haciendo es traicionar el deporte.

Los cinco cambios se justifican en que cada vez hay más partidos y que, por lo tanto, es importante que cada vez descansen más los jugadores. A lo mejor lo que hay que preguntarse es si hacen falta tantos partidos, el calendario no da más de sí y creo que los futbolistas de las principales figuras deberían plantarse contra eso. Lo que pasa es que creo que los futbolistas están muy cómodos en su silencio porque les evita meterse en problemas y eso significa ganar más dinero.

¿Quién le gustaría que leyera este libro?Dos tipos de personas. A las que, como yo, llevan yendo todo a la vida a los estadios para que nos sintamos identificados y que nos demos cuenta de que somos muchos más de los que nos dicen que somos. Y, por otro lado, a quienes no han tenido la oportunidad de acudir regularmente un estadio y piensan que el fútbol es un programa de televisión. Me gustaría que este libro sirviera para que esa gente despertase cierta inquietud sobre lo que es la cultura de grada y que es un patrimonio a cuidar, a respetar...

​...Y, si no, a algún joven futuro futbolista. Eso me interesaría, la verdad, sobre todo para que se den cuenta de que si levantan un poco la cabeza y se fijan en la grada, hay mucha gente que está allí sacrificando planes, tiempo y dinero por apoyarlos. Los aficionados vamos a defender la camiseta, no somos espectadores de lo que está pasando sino parte de lo que está sucediendo.

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