600 aficionados del Eintracht de Fráncfort han sembrado el terror en las calles de Nápoles en la previa del enfrentamiento de vuelta de los octavos de final de la Champions. Desperfectos en el mobiliario urbano, locales comerciales dañados e incluso el incendio de un vehículo policial han sido los resultados del desbordamiento del dispositivo de seguridad de 800 policías desplegado para la ocasión.

Los aficionados del combinado alemán, que viajaron a la ciudad italiana pese a la prohibición de entrar al estadio Diego Armando Maradona establecida tras los disturbios que ya se produjeron en Alemania, se enfrentaron a la policía y a la afición radical del equipo local, incorporada luego a la contienda.

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A pesar del caos generalizado, las fuerzas del orden lograron el traslado de los 'ultras' del Eintracht desde la zona en la que se produjeron los altercados hacia los hoteles en los que se hospedan, tal y como apuntaron medios locales.

2.400 entradas devueltas por orden gubernativa

El club alemán se vio obligado a devolver al Nápoles las 2.400 entradas cedidas para la grada visitante debido a una prohibición del gobierno local, eso sí, después de la publicación de un duro comunicado contra la decisión. Por otra parte, el Eintracht no ha establecido impedimentos para que sus aficionados viajen a la ciudad del sur de Italia.