El Barça descarta la comida de directivas con el Real Madrid para el clásico por el 'caso Negreira'

Joan Laporta y Florentino Pérez.
Joan Laporta y Florentino Pérez.
Europa Press via Getty Images
Joan Laporta y Florentino Pérez.

Este domingo (21.00 horas, Camp Nou) se celebra en la ciudad condal una nueva edición del clásico entre el Barcelona y el Real Madrid que podría ser decisiva para el devenir de la Liga 22/23. Sin embargo, rompiendo con la costumbre ya instaurada desde hace décadas, y reforzada por las buenas relaciones entre ambos clubes, el Barça no convocará al Madrid a la tradicional comida de directivas.

El motivo es uno, y está claro porque su propio presidente, Joan Laporta, ya lo dejó claro al admitir que ya estaba todo el mundo involucrado en el 'caso Negreira'. El Real Madrid rompió su extraño silencio y anunció que se personará como acusación particular en el juicio abierto contra el Barça por la denuncia de la Fiscalía, en concreto como 'parte perjudicada'. Una decisión que no sentó nada bien a Joan Laporta ni a la cúpula blaugrana.

El escándalo tiene al club y a todo el barcelonismo pendiendo de un hilo, tan desesperados y desamparados que tampoco se esperaban esa ruptura unilateral de las relaciones institucionales con quienes eran, de un tiempo a esta parte, sus mejores socios. Sin embargo, la Junta Directiva del Madrid fue implacable y decidió cortar de raíz toda relación con los azulgrana.

Laporta, desde su regreso a la presidencia culé, ha ido de la mano con Florentino Pérez en su lucha contra CVC, la Liga de Tebas y UEFA, y en el proyecto Superliga. La relación había mejorado hasta el punto de haber facilitado el presidente merengue la activación de una de las 'palancas' veraniegas del Barça, en su venta de una parte de Barça TV a Sixth Street.

Desde el club señalan que la comida no se celebrará porque nunca suelen mantener esos almuerzos con clubes a los que ya se han visto las caras en múltiples ocasiones en la misma temporada. Si bien es cierto que este será el cuarto clásico del año (más el que queda el 5 de abril), sólo parece una excusa para no admitir lo evidente. 

Algo extraño, por otra parte, cuando Laporta ya ha dejado claro quién es su nuevo principal enemigo en esa supuesta campaña en contra del Barça: el que siempre estuvo y nunca se fue, el Real Madrid. Sólo una disculpa pública del club blanco, algo harto improbable, relajaría la tensión entre ambas entidades y permitiría al Barça cambiar de opinión sobre la comida.

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