El Real Madrid remonta al Espanyol y mete presión al Barça de cara al Clásico

Vinícius Junior celebra el gol del empate ante el Espanyol.
Vinícius Junior celebra el gol del empate ante el Espanyol.
EFE
Vinícius Junior celebra el gol del empate ante el Espanyol.

Solo Vinícius Junior fue suficiente para romper el ímpetu de un Espanyol que puso contra las cuerdas al Real Madrid en los primeros minutos de partido. El brasileño volvió a despertar a los suyos, como ya hiciera en Anfield ante el Liverpool, con un golazo 'marca de la casa' y lideró una remontada (3-1) que sirve de aviso al FC Barcelona para el Clásico de la próxima jornada: al conjunto blanco nunca hay que darle por muerto.

La soleada jornada en el Bernabéu arrancó con una tormenta perica cerniéndose sobre los futbolistas de Carlo Ancelotti, que tuvieron que contrarrestar el primer ataque de los catalanes un instante después de que el balón echase a rodar.

No le sirvió como aviso a los merengues: a los dos minutos Martin Braithwaite metió miedo de verdad en Concha Espina tras recibir un balón entre líneas y plantarse frente a Thibaut Courtois, que evitó que el latigazo del danés se colase en la portería. 

Duró poco el alivio madridista, pues un viejo conocido adelantaría a los pericos, Joselu. El excanterano no perdonó a su antiguo club y clavó en la escuadra derecha, con la zurda y de primeras, un pase medido de Rubén Sánchez, que había dejado atrás a Camavinga, protagonista en el mal arranque blanco, y Tchouaméni, a quien le habían robado el balón en el arranque de la jugada.

El tanto enmudeció a la afición del campeón de Europa y dejó a los blancos tambaleándose sobre el 'ring'. Pero el Espanyol no aprovechó el mal momento madridista y le dejó con vida. La suficiente como para que Vinícius hiciese de las suyas cuando el crono pasaba el minuto 20. 

El brasileño se cansó de ir por detrás en el marcador y él solo se inventó una jugada de fantasía desde el costado izquierdo. Se plantó en el balcón del área con dos defensores delante, cambió de ritmo mientras se metía en el área, donde dejó por el camino a otro rival, y se sacó un disparo seco que entró pegado al palo derecho de Pacheco.

Casi ni lo celebró. Se marchó directo al centro del campo mientras besaba el escudo y encendía a su hinchada a esperar a que sacaran los pericos. Un energía competitiva que terminó contagiando a sus compañeros, pues se vio a otro Madrid a partir de ese momento: activo, agresivo, peligroso y vertical. Así tuvieron varias ocasiones de gol que se escaparon por muy poco, hasta que apareció Eder Militao, otra vez con Vinícius como cómplice. "Militao Airlines", bautizó el conjunto blanco en sus redes sociales el testarazo del defensa que ponía por delante al equipo antes del descanso.

El regreso de los vestuarios dejó claro que los segundos 45 minutos ya eran otra historia completamente diferente. Con los de Ancelotti dominando la posesión, los de Diego Martínez se encomiaron a esperar una contra que les permitiese intentar el empate, pero el Real había aprendido la lección.

Así se cumplieron los 90 minutos, pero los merengues aún no habían culminado la remontada. Nacho Fernández vio espacio entre los derrotados futbolistas del Espanyol, y arrancó en velocidad dejando atrás a tres rivales para plantarse en el balcón del área y regalarle medio gol a Marco Asensio, que anotó el tercero definitivo a placer para empezar ya a poner el foco en la visita al Camp Nou del próximo domingo.

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Real Madrid - Espanyol, en directo: última hora de la jornada 25 de LaLiga, resultado y goles
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