Carlos Alcaraz no jugará el ATP 500 de Acapulco, tal y como el propio jugador ha anunciado este martes a través de sus redes sociales horas antes de su debut. La esperada decisión de no participar en el certamen mexicano quedó respaldada por las pruebas médicas a las que se sometió este mismo martes, que determinaron que el murciano sufrió una distensión de grado uno en el tendón de la corva derecho durante el pasado Open de Río.

"Desafortunadamente no podré jugar en Abierto Mexicano. Tengo una distensión de grado 1 en el tendón de la corva derecho que me mantendrá fuera durante varios días, según las pruebas que hicimos esta mañana", ha confirmado el murciano a través de su cuenta de Twitter.

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"Estoy muy triste por no poder competir aquí, pero ahora toca pensar en recuperarme y estar listo lo antes posible. ¡Espero verlos a todos pronto!", sentencia a continuación en un segundo tuit en el que no especifica los plazos de recuperación.

El pupilo de Juan Carlos Ferrero ha optado finalmente por la opción más conservadora, descansar tras dos duras semanas de tierra batida y afinar su preparación para la disputa del primer Masters 1.000 del año, Indian Wells. Al certamen de pista dura del desierto californiano (en el que defiende los 360 puntos de la semifinal alcanzada el pasado) llegará muy justo, pues el plazo de recuperación previsto es de una semana, y el torno arranca el próximo 8 de marzo.

En cualquier caso, el diagnóstico es más que positivo, pues se temía que las molestias en la pierna derecha que le lastraron en la final del Open de Río ante Cameron Norrie se debiesen a una recaída de la lesión en el músculo semimembranoso, la que le privó de participar en el Open de Australia.