Álvaro Rodríguez brilla con luz propia en un derbi gris del Madrid

  • El internacional sub-20 uruguayo marcó el gol del empate de cabeza nada más saltar al terreno de juego.
  • ​En su debut en Ligaante Osasuna, repartió dos asistencias (una fue fuera de juego) para desatascar al equipo.
Álvaro Rodríguez festeja con rabia su gol ante el Atleti.
Álvaro Rodríguez festeja con rabia su gol ante el Atleti.
Agencia EFE
Álvaro Rodríguez festeja con rabia su gol ante el Atleti.

El empate entre Real Madrid y Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu dejó muy tocado al equipo merengue y sentenciada prácticamente la Liga para el Barça. Sin embargo, dentro del panorama pesimista por un empate a 1 que sabe a derrota, el partido ofreció un rayo de esperanza para el seguidor madridista en forma de canterano uruguayo. El derbi fue, con el gol del empate de cabeza, el encuentro de confirmación de Álvaro Rodríguez, un chaval de 18 años que apenas acumula tres partidos oficiales con el Real Madrid.

Lo de chaval es un decir, porque mide casi metro noventa, y posee un físico espigado de zancada poderosa con mucho potencial aun por pulir. Y, aun así, ya está siendo decisivo en el club más exigente del mundo. Su debut oficial fue en Copa del Rey, el pasado enero, pero por el campo del Cacereño pasó sin pena ni gloria. Difícil brillar en terrenos donde ni siquiera los mejores son capaces de hacerlo.

El 'Toro' no volvió a jugar porque se marchó en enero de este mismo año como convocado por la selección de Uruguay para el Campeonato Sudamericano sub-20 disputado en Colombia. Una pena, porque el nacido en Palamós (Girona) fue internacional español en categorías inferiores hasta la sub-18. Afortunada Uruguay, que gozó en dicho torneo del subcampeonato gracias a los 5 goles en 7 partidos de Rodríguez.

El ex-canterano del Girona llegó exultante de vuelta a España, y cuando más lo podía necesitar el Real Madrid, apareció. Carlo Ancelotti no suele darle demasiada cancha a los jóvenes que vienen empujando desde 'La Fábrica', pero este caso ha sido especial porque no existen argumentos para no dar minutos a alguien tan prometedor en lugar de dárselos... a Mariano, que hace tiempo vive a costa del Real Madrid y parece cada día más un ex-futbolista.

Por eso mismo, cuando el conjunto merengue más sufría por su falta de efectivos en ataque, apareció Álvaro. En El Sadar ante Osasuna, con el partido en la cuerda floja y los madridistas sufriendo, el uruguayo se comió el césped y demostró en poquitos minutos todo lo bueno que sabe hacer. Se asoció, dio una asistencia que acabó siendo fuera de juego, y luego otra más para resarcirse. Insaciable, imparable, y con ganas de comerse el mundo.

Pocos días después, en otra situación aún más desesperada de necesidad, Ancelotti confía y Rodríguez responde. Uno abajo en casa, ante el Atleti en el derbi madrileño, y con un jugador más para el Madrid, sumido en el caos. Y dentro de ese caos, la sencillez hecha futbolista. El mismo balón parado, dominado por su imponente físico. Cabezazo de salto y giro de cuello impresionantes al primer palo, pero de una suavidad y colocación exquisitas para acariciar las redes de Oblak en el segundo.

Apenas está arrancando, y ni siquiera sabe si volverá a contar para el técnico italiano, pero el Real Madrid sabe que tiene una joya en Álvaro Rodríguez como las que llevan mucho tiempo sin aparecer por Valdebebas. Carvajal, Lucas o Nacho son vestigios de la última cosecha de canteranos exitosa en el Madrid, y de su etapa como mirlos ha pasado ya más de una década. 

Savia nueva para un Real Madrid de veteranos y noveles, que no cuenta con un sustituto de garantías para el Balón de Oro y capitán Karim Benzema. Hasta ahora, porque Álvaro ha llegado para quedarse. Un delantero alto pero ágil, bueno en el juego de espaldas y al desmarque, y sobre todo, contrapuesto al perfil del galo, con más garra, más remate y el hambre que otorga la juventud, perfecto para fijar centrales y dar espacio a sus compañeros. Álvaro Rodríguez ya es una realidad.

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