Croacia y Brasil vivieron este viernes la mejor y la peor cara del fútbol. El estallido de felicidad de los primeros tras una sufrida victoria en la tanda de penaltis para clasificarse a las semifinales del Mundial de Qatar, y las lágrimas de los segundos tras ver estrellado en el palo de la portería de Livakovic el disparo de Marquinhos, y con él, sus sueños de levantar la Copa del Mundo. Pero no fue ninguna de las acciones del encuentro las que se colaron entre las imágenes de la cita mundialista, sino el bonito gesto del hijo de Perisic con Neymar.

El pequeño Leo, de 10 años, recorrió más de medio campo para acercarse con sumo respeto al delantero de la canarinha, roto, entre lágrimas, tras la dura derrota en un partido que podría haber sido el último en el que defiende los colores de la 'verdeamarela'.

Con cuidado, el hijo del '4' croata, que vestía el dorsal de su padre, se puso a la altura del crack brasileño, llorando desconsolado en los brazos de Dani Alves, y le saludó suavemente con la mano mientras un miembro del cuerpo técnico de Brasil le impedía acercarse.

Al verle, Neymar estiró primero el brazo para chocar la mano de Leo, y después se deshizo del abrazo del lateral derecho para recibir el del niño mientras esbozaba una ligera sonrisa ante el gesto del pequeño.

Un ejemplo más de la deportividad en las filas de la selección croata, cuyo capitán, Luka Modric, se acercó a los internacionales de Brasil para alentarles después del partido, especialmente a Rodrygo Goes, que falló el primer penal de la tanda.

"Vamos, eh. Fuerte. No pasa nada, tú eres más fuerte que esto. Todos fallan. Vas a volver fuerte, te quiero", le dijo el Balón de Oro al joven delantero del Real Madrid.