El drama de las lesiones en la historia de los Mundiales: Di Stéfano, Romário, Baggio...

Roberto Baggio, durante un partido con la selección italiana en 2002.
Roberto Baggio, durante un partido con la selección italiana en 2002.
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Roberto Baggio, durante un partido con la selección italiana en 2002.

Apenas a dos semanas del comienzo del torneo de fútbol más esperado del año, la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA 2022 celebrada en Qatar, la excitación de los jugadores, los auténticos protagonistas de la cita, va en aumento, lo que influye en su rendimiento actual con sus clubes, y ha provocado sobre todo un miedo cada vez más extendido y generalizado entre los futbolistas a sufrir una lesión que les deje en el dique seco justo antes del Mundial, como ya ha sucedido con algunos de sus compañeros, y les prive en muchos casos de cumplir un sueño, de debutar en un campeonato del mundo, o de despedirse del fútbol de selecciones por todo lo alto.

De hecho, muchas estrellas están demostrando en las últimas fechas extrema precaución en los partidos restantes con sus clubes, perjudicados en ocasiones por una bajada de rendimiento relacionada con ese temor. En otros casos, la más mínima molestia es razón suficiente para no forzar, como está sucediendo en el caso del Balón de Oro Karim Benzema, que viene arrastrando molestias en las últimas jornadas y apenas está participando en la dinámica de juego del Real Madrid para llegar a punto a Qatar.

Grandes estrellas históricas fuera del Mundial.

Se trata, además, de un problema recurrente en la historia de los mundiales. La primera gran estrella que no solo se perdió un Mundial por lesión, si no que tuvo la mala fortuna de no poder aprovechar su última oportunidad de participar en uno, fue la “Saeta Rubia”, Alfredo Di Stéfano, que no llegó a la edición de Chile 1962 con la selección española al caer lesionado en el penúltimo partido de preparación de “La Roja”.

Veinte años después, el alemán Bernd Schuster también quedaría fuera del Mundial de España 1982 por lesión, tras sufrir esa misma temporada, durante un Barça-Athletic, una entrada de Goikoetxea (famoso por la violenta falta sobre Maradona en 1983) que le dejó fuera del torneo. 

En 1998, el excéntrico delantero brasileño Romário seguiría los pasos del teutón, con la desgracia añadida de no poder acudir a Francia para defender la misma corona mundialista que “El Chapulín” ganó en E.E.U.U. en 1994 con Brasil, que además perdió aquella final contra la anfitriona.

Romário, con la Copa del Mundo de fútbol ganada por Brasil en 1994.
Romário, con la Copa del Mundo de fútbol ganada por Brasil en 1994.
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Demasiados precedentes en los últimos 20 años.

A partir del Mundial de Korea y Japón 2002, los ejemplos de jugadores ausentes por lesión en los mundiales aumenta considerablemente, en parte por la creciente exigencia del fútbol moderno y de un calendario cada vez más cargado de partidos. En la primera edición asiática de la historia, Pep Guardiola y Santi Cañizares, que sufrió un accidente doméstico con un tarro de perfume de cristal, serían las bajas médicas más sonadas de España, pero no las únicas del torneo.

Roberto Baggio, conocido como “Il Divino”, no pudo ayudar a Italia en su periplo mundialista tampoco en 2002, cuando decía adiós a una brillante carrera; Robert Pirès, nombrado aquel año mejor jugador de la Premier League inglesa con el Arsenal, no pudo defender la corona francesa ganada en su país en el 98; y Roberto Fabián Ayala, central argentino del Valencia, tampoco llegó a participar al lesionarse durante el calentamiento de su primer partido, contra Nigeria.

En Alemania 2006, las lesiones dieron un descanso y apenas impidieron la participación en el Mundial de Christian Vieri, delantero italiano del Mónaco dolido de su rodilla izquierda, y de Djibril Cissé, que sufrió una aparatosa rotura de peroné con Francia en un amistoso previo. En cambio, en Sudáfrica 2010, el Mundial de España, la lista de nombres ilustres lesionados volvería a engrosar, con estrellas de la talla de Beckham, Owen y Ferdinand (Inglaterra); Ballack (Alemania); Nani (Portugal); Essien (Ghana); y Obi Mikel (Nigeria).

Ballack, con su selección.
Ballack, con su selección.
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Cuatro años después, en Brasil, se daría un fenómeno sin precedentes en este sentido. Las ausencias fueron, además de notables, las más numerosas que se recuerdan por motivos médicos y lesiones. España sufrió las bajas de Carles Puyol, prácticamente retirado por problemas físicos, Víctor Valdés, cuya lesión lastraría el resto de su carrera hasta su retiro, y Thiago Alcántara, pero no fue la única selección aquejada.

En 2014, Gundogan, Reus, Badstuber y Bender perdieron la oportunidad de salir campeones con Alemania; Ribéry dejó huérfano el ataque del combinado francés; en Colombia, “El Tigre” Radamel Falcao, en el mejor momento deportivo de su carrera, no llegó a la cita; Países Bajos no pudo contar con Van der Vaart, Strootman y Van der Wiel, finalistas cuatro años atrás; y el italiano Montolivo, el inglés Walcott y el belga Benteke tampoco pudieron participar.

Tras el conocido popularmente como “el Mundial de las lesiones”, llegó la última edición de 2018, celebrada en Rusia, más relajada en este sentido. Dani Alves, con una rotura de ligamentos con el PSG, no pudo cubrir el lateral diestro brasileño, y el héroe alemán Mario Götze, autor del gol ante Argentina en la final de 2014, no llegó a la lista final por arrastrar problemas derivados de una enfermedad metabólica.

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