Otro desastre del Barça: eliminado de la Champions y de nuevo aplastado por el Bayern

Bayern - Barça
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EFE
Bayern - Barça

Pocos partidos tan extraños y a la vez deprimentes le ha tocado jugar al Barça a lo largo de su historia como el de este miércoles ante el Bayern. Sabedor de que no se había producido milagro en Milán tras la goleada del Inter al Viktoria y que ya estaba eliminado de la Champions, al conjunto azulgrana le tocó salir a enfrentarse al Bayern, nada menos, y recibió otro castigo. Fueron tres goles (0-3), pero pudieron ser más, un batacazo de realidad que deja claro que competir con los grandes en Europa es un objetivo aún lejano.

El partido de los blaugranas había comenzado a las 18.45 horas en el Giuseppe Meazza, y pronto quedó claro lo lejos que estaba el milagro de producirse. El Inter era muy superior al Viktoria checo y los goles era cuestión de tiempo que llegaran: Mkhitaryan, Dzeko en dos ocasiones y Lukaku pusieron un 4-0 rotundo que condenaba al Barça a la Europa League por segundo año consecutivo.

La ilusión del comienzo de la temporada con los fichajes conseguidos a base de palancazos se había desvanecido, pero la buena imagen ofrecida ante Villarreal y Athletic era una esperanza de que el equipo estaba en el buen camino. Ganar al Bayern, aunque no sirviera de nada, era una forma de ratificarlo y también de alejar fantasmas.

No era más que un sueño, algo muy alejado de la realidad. El Bayern ofreció una sensación de superioridad en el Camp Nou que desnudó a los blaugranas. El Barça de Xavi abusa del toque, de la posesión estéril, y a la vez descuida su defensa de una manera más que alarmante. El técnico egarense había apostado por Kessie y Pedri de falso extremo para reforzar la medular, pero ni por esas lo logró, cada contragolpe del Bayern era como un puñal en la defensa azulgrana.

No tardó Mané en marcar, aprovechando un veloz ataque que dejó al senegalés solo ante Ter Stegen. No perdonó, puso el primero y el Camp Nou comenzó a temerse lo peor, de nuevo con el ogro alemán enfrente.

La facilidad con la que el Bayern se plantaba con claridad en el área azulgrana era hasta cierto punto extraña, parecían los germanos estar jugando con su rival. En otra contra más que se convirtió en un tres contra tres, no perdonó Choupo-Moting. Y el tercero no llegó de milagro, pero un fallo inexplicable de Musiala solo y sin portero lo evitó.

En la siguiente jugada, pudo haber recortado el Barça en un penalti señalado sobre Lewandowski, pero el VAR corrigió al árbitro.

Visto lo visto, el 0-2 no era un mal resultado para los azulgranas. Al menos, no era hiriente. El tercero de nuevo estuvo a punto de llegar, pero el golazo de Gnabry con la zurda fue anulado por un fuera de juego milimétrico.

Con el paso de los minutos, el Barça hasta perdió el balón y se vio dominado por un Bayern que siempre dio la sensación de jugar a medio gas, que no marcaba porque no lo necesitaba. Lo hizo Pavard, en el 95, para redondear la goleada. El correctivo sería de los que tardan en olvidarse si no fuera porque ha sucedido demasiadas veces ya ante el mismo rival. Es lo que hay, un año más.

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