El Real Madrid gana al Barça, le quita el liderato y le mete en una crisis profunda

El delantero del Real Madrid Karim Benzema celebra con su compañero Fede Valverde tras marcar el 1-0 ante el Barça en el Bernabéu.
El delantero del Real Madrid Karim Benzema celebra con su compañero Fede Valverde tras marcar el 1-0 ante el Barça en el Bernabéu.
EFE
El delantero del Real Madrid Karim Benzema celebra con su compañero Fede Valverde tras marcar el 1-0 ante el Barça en el Bernabéu.

El Clásico suele dejar a un equipo reforzado y a otro tocado. El de este sábado en el Santiago Bernabéu no hizo más que confirmar el buen momento del Real Madrid, que sigue firme y sólido, y la crisis del Barcelona, que tras quedarse al borde de la eliminación en la Champions, ahora ve como los blancos le asestan otro duro golpe y además le arrebatan el liderato de LaLiga.

Como el fútbol es un estado de ánimo, que decía Jorge Valdano, el Real Madrid jugó con el suyo y con el de su rival. Se medían un equipo con todo ganado el año pasado, con la tranquilidad de una temporada estable y con la certeza de que este Clásico nada cambiaría frente a un equipo con urgencias, las de la terrible pasada campaña y las de esta, con el varapalo reciente de la Champions.

Ancelotti pasó de probaturas, aprendido el error del año pasado, y salió con un equipo similar al que fue campeón de Europa en París (sin Courtois, lesionado, y con Tchouaméni por Casemiro), mientras que Xavi sorprendió con Frenkie de Jong y condenó a Piqué al banquillo, haciendo jugar a un Koundé recién salido de lesión.

Tras los habituales minutos de tanteo, el conjunto blanco fue comenzando a dejar mejores sensaciones, con una sensación de superioridad difícil de explicar, como si supieran que el gol no tardaría en llegar, aunque fuera por inercia. Y llegó. Toni Kroos salvó la tímida presión azulgrana, nadie le cortó el paso de manera inexplicable y su pase al espacio encontró a Vinícius. El brasileño se encontró con Ter Stegen en el mano a mano, pero el rechace le llegó a Benzema, que marcó a placer.

El Barça acusó el golpe, y vivió momentos de incertidumbre. Solo a través de Pedri, el único capaz de poner algo de orden en el caos culé, comenzó a crecer. Y gracias al canario reaccionó el conjunto blaugrana, que tuvo varios minutos de asedio. Lewandowski no fue capaz de marcar una clarísima a pase de Raphinha, y el brasileño tuvo otras dos llegadas claras. Sin éxito.

Superó el Madrid esos minutos de dominio rival y se repuso rápidamente, como le pasó en la pasada Champions, hasta que llegó otro zarpazo. Otra indecisión azulgrana dejó el balón a Vinícius, y los madridistas desbordaron a la zaga culé sin apuros. el brasileño para Tchouaméni fácil, este para Mendy y el galo para Valverde. Su zapatazo en la frontal puso el segundo.

Tuvo la réplica el Barça nada más encajar, pero las indecisiones blancas poco tiene que ver con las del equipo de Xavi. Frenkie avanzó y su chut se topó con Lunin, la zaga madridista tapó bien el posible pase.

Se salvó el Barcelona por poco de que le cayera el tercero. De nuevo un jugador del Real Madrid recibió absolutamente solo en la frontal, en este caso nada menos que Benzema, y su disparo tocó en la madera y se coló. Sin embargo, el galo se metió en fuera de juego por poco.

El dominio blaugrana era ficticio, sin que la sensación fuera que el gol podría llegar. Así, Xavi movió el banquillo con contundencia: fuera un desastroso Raphinha, un superado Busquets y el joven Balde, dentro Gavi, Ferran Torres y Jordi Alba. El panorama, pese a ello, cambió poco y nada y el tercero blanco siempre dio la impresión de que podía llegar antes que el primero culé.

Con el partido dando la sensación de estar sentenciado, el Madrid fue a por el tercero, quería hacer sangre del eterno rival. Mientras, el Barça buscaba a la desesperada a Lewandoswki, siempre marcado por un superlativo Militao. Aunque la mejor la tuvo Ansu Fati, recién entrado al campo por un voluntarioso e ineficaz Dembélé, pero su chut se perdió desviado.

Eso sí, el choque estaba más apretado de lo que daba la sensación, y la entrada del hispano-guineano cambió el partido. Una gran jugada suya por la izquierda la tocó Lewandowski y Ferran, a puerta vacía, puso emoción a los últimos minutos.

Los nervios tomaron el puente aéreo, y ahora era la defensa del Real Madrid la que temblaba. Un centro picado de De Jong que remató Sergi Roberto y rebotó en Mendy acabó con el balón suelto en el área. Fue Ansu Fati, otra vez, el que tuvo el empate en sus botas con un remate de tijera que se perdió lamiendo el palo de Lunin.

Esperaba un final de infarto, pero entonces Valverde cogió la moto con una arrancada impresionante desde la banda derecha. Rodrygo recogió su pase y fue derribado en el área por Eric García, de nuevo señalado. Sánchez Martínez, tras el aviso del VAR, señaló los once metros y el propio Rodrygo no perdonó para llevar el liderato a Chamartín.

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Real Madrid - Barcelona, en directo: última hora y resultados del Clásico de LaLiga
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