El inicio de la próxima temporada de tenis está cada vez más cerca y poco a poco vuelve a emerger uno de los mayores escándalos de la historia del tenis, la detención de Novak Djokovic en Australia en enero de 2022. Apenas faltan meses para la disputa de una nueva edición del Open de Australia y, a día de hoy, el serbio sigue teniendo prohibida la entrada al país por no cumplir la normativa sanitaria vigente, que exigía la pauta completa de vacunación contra la Covid.

La historia del entonces número uno del mundo dio la vuelta al mundo, pues Djokovic, contrario a la vacunación contra el coronavirus, intentó participar en el primer grande del año falseando un documento con el que acreditaba una de las excepciones para poder jugar el torneo sin inocularse la vacuna. El resultado fue nefasto: 'Nole' fue detenido y posteriormente deportado por el gobierno australiano con una prohibición de entrada al país durante tres años.

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Todavía no ha pasado ni un año completo, pero a falta de la Copa Davis, el Masters 1000 de París-Bercy y las ATP Finals, la mente de muchos está puesta ya en el inicio del curso 2023 y en la posibilidad de que el de Belgrado pueda empuñar la raqueta en el Melbourne Arena. Algo que no estaría tan lejos de ocurrir, a pesar de la prohibición que pesa sobre el tenista.

Este martes, Craig Tiley, director ejecutivo del torneo, abrió las puertas a su participación a Novak Djokovic -sin llegar a mencionarlo- en la edición de 2023. "Estamos en camino de tener de regreso a los mejores jugadores del mundo. A todos", señaló el ejecutivo apoyándose en la mejora de la situación sanitaria.

Estamos en camino de tener de regreso a los mejores jugadores del mundo. A todos.

"Nos encontramos en una situación sanitaria muy distinta a la de hace unos meses, con personas que se mueven libremente por el mundo y sin apenas restricciones. Esto es lo que me lleva a pensar que podremos contar con los mejores tenistas del planeta", se apoyó el sudafricano en la mejora de las condiciones sanitarias.

También el martes se pronunció el propio tenista, que tras su primera victoria en el ATP 500 de Astaná confesó su deseo de jugar en Australia: "Todavía estoy esperando noticias sobre el levantamiento de la sanción de tres años que me impusieron a comienzos de año. Cuando se levanta, será necesario solicitar una visa. Es un proceso de dos pasos. Espero que esto suceda porque quiero jugar en Australia. Pase lo que pase, tomaré una decisión en los próximos meses".

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Según varias informaciones, todavía no ha habido movimientos por parte de la administración australiana para eliminar la prohibición, algo que estaría en manos de Andrew Giles.