El día que Federer rompió a llorar tras caer ante Nadal en la final del Abierto de Australia: "Esto me está matando"

Rafa Nadal y Roger Federer se abrazan tras la final del Abierto de Australia.
Rafa Nadal y Roger Federer se abrazan tras la final del Abierto de Australia.
20MINUTOS.ES/Agencias
Rafa Nadal y Roger Federer se abrazan tras la final del Abierto de Australia.
Rafa Nadal y Roger Federer se abrazan tras la final del Abierto de Australia.
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Cuarenta partidos oficiales han disputado Roger Federer y Rafa Nadal a lo largo de casi dos décadas de dominio en la élite del tenis, toda una vida de batallas que han dejado anécdotas inolvidables entre dos hombres que tienen un lugar especial reservado en la historia del tenis. Ambos se han repartido grandes tardes de gloria y de dolor, como la que vivió el suizo al caer contra el español en la final del Abierto de Australia de 2009.

Apenas meses después del 'partido del siglo' en Wimbledon, Federer y Nadal se dieron cita en la final del primer Grand Slam del año, un partido clave en la Rod Laver al que los dos jugadores llegaron en un momento muy especial de su rivalidad

Nadal llegaba al primer 'Fedal' (como se conoce a este mítico enfrentamiento en la jerga tenística) del año 2009 después de firmar un pleno de victorias ante su gran rival la temporada anterior. Y es que, de las cuatro ocasiones en las que se cruzaron -todas ellas finales- la victoria cayó del lado del español: el Masters 1000 de Montecarlo, el de Hamburgo, Roland Garros, y la famosa final de Wimbledon.

El de Basilea no podía frenar al manacorí, pero se había colocado en otra final sobre su superficie favorita, y venciendo con mucha contundencia (tan solo cediendo dos sets) a los rivales más duros del cuadro: Andreas Seppi, Yevgueni Koroliov, Marat Safin, Tomas Berdych, Juan Martín del Potro y Andy Roddick -verdugo de Djokovic en cuartos- en semifinales.

Por el otro lado del cuadro llegó a la final Nadal, eso sí, después de un duro partido de semifinales ante Fernando Verdasco que se alargó hasta el quinto set decisivo. Federer llegaba mucho más descansado al que iba a ser su quinto enfrentamiento seguido en un partido por el título, era su oportunidad de oro para frenar de una vez a Rafa.

La Rod Laver, la pista principal del Melbourne Park, vivió -como se podía esperar- una batalla que se alargó hasta el quinto set: 4 horas y 23 minutos de tenis que terminaron con Nadal en el suelo, como acostumbra a celebrar los triunfos. 

Cabizbajo y superado llegó Federer al choque de manos en la red, el suizo no podía creer que, de nuevo, estaba alzando al cielo la bandeja de plata del finalista y no el título de campeón. Y en su turno de declaraciones, interrumpido por las constantes ovaciones del público, rompió a llorar. 

"Quizás lo tenga que intentar luego, no lo sé, Dios... esto me está matando", llegó a pronunciar antes de interrumpir su discurso. Después, el maestro de ceremonias llamó a Rafa, que levantó el brillante trofeo y, sin pasar por el micrófono, se fundió en un emotivo abrazo con su rival.

Finalmente, Federer se recompuso para alabar al español, lo mismo que hizo Nadal en su turno. Aquella victoria fue para Rafa, pero empezó a forjar una amistad que traspasaría la rivalidad, que también siguió creciendo apenas meses después, cuando Federer arrebató el título de Madrid a Nadal en la final.

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