Rafa Nadal es un ejemplo de transparencia y claridad, ya sea en el triunfo o en la derrota. El número tres del mundo volvió a dejar claro una vez más su sincerad tras el batacazo ocurrido en Cincinnati frente a Borna Coric antes del US Open.

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Nadal analizó en profundidad lo ocurrido en su vuelta a las pistas tras los problemas que le habían hecho perderse el Masters 1000 de Canadá. Unas pequeñas molestias que parecen no haberse ido y que le han seguido complicado en tierras estadounidenses. 

"Obviamente no jugué mi mejor partido. Es algo que puede pasar, históricamente este torneo es difícil para mí. Regresaba después de un período complicado. Pero esto es algo fácil de aceptar, es fácil decir 'felicidades a Borna', simplemente fue mejor", aseguraba el de Manacor. 

"Muchas veces hice cosas positivas regresando de unas lesiones, pero en este caso es obvio que no estaba listo para ganar hoy", continuó Nadal. Una explicación que deja entrever que forzó para jugar en Cincinnati, en una maniobra explicada para sumar rodaja previo antes del último Grand Slam de la temporada.

Además dejó claro que todavía "necesita días" para alcanzar su punto óptimo de forma antes de afrontar el asalto al US Open y, quien sabe, si el número uno del mundo. 

La cicatriz, un serio problema

"Es difícil analizar el partido. Cuando tienes una cicatriz, la línea es muy pequeña. Cuando la cicatriz no tiene mucha flexibilidad, tienes que tener cuidado en cada momento", recalcó en la rueda de prensa posterior al partido. 

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"Probablemente haré algún test para estar seguro de que todo está bien. Pero entrené mucho mejor de cómo jugué hoy. No pasa nada", terminó Nadal. Una muestra de que tratará de ser pragmático antes de afrontar su gran reto en el tramo final de la temporada.