Una de las grandes virtudes de Fernando Alonso en la Fórmula 1 es su capacidad bajo la lluvia. En condiciones de mojado, los pilotos sacan a relucir lo que en el argot se llaman 'manos', ese intangible que les hace aprovechar esta situación para conseguir ventaja... o bien ven cómo sus prestaciones decaen notablemente.

El último ejemplo que dejó Alonso que con la pista mojada va bien lo dejó en los últimos libres del GP de Hungría. La pista estaba ya mejorando pero aún había puntos encharcados, por lo que usar los neumáticos intermedios requería aún una buena dosis de valentía, reflejos y control. Un mínimo fallo y podía acabar contra el muro en cualquier momento. No fue el caso del español, que en cuanto notó que la trasera de su Alpine se iba demasiado, un contravolante perfecto evitó el accidente. 

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El vídeo del momento, con la cámara exterior y la del casco de manera paralela, deja claro que lo de Alonso son buenas manos. "Admira la habilidad, atesora el talento", escribieron junto a la escena.

Quizá fue esa lluvia la que echó en falta Alonso en la clasificación. Aunque en seco dejó buenas sensaciones, especialmente en una Q2 en la que marcó el segundo crono, en la Q3 fue uno de los que empeoró su tiempo.

"El tiempo... también hay alguna previsión de lluvia para mañana, habrá que estar atentos", pedía el español tras la sesión. Saldrá 6º en carrera.