Juanpe López, la última (e inesperada) estrella española en el Giro al que Joaquín le ha dedicado su último chiste

  • El sevillano del Trek-Segafredo se convirtió en el primer español desde Contador en 2015 en vestir la 'maglia rosa'.
Juanpe López, con la 'maglia rosa' de líder del Giro de Italia
Juanpe López, con la 'maglia rosa' de líder del Giro de Italia
EFE
Juanpe López, con la 'maglia rosa' de líder del Giro de Italia

El ciclismo español lleva años con una seria carencia de referentes de primer nivel. Más allá de Enric Mas, Marc Soler o el sempiterno Alejandro Valverde, y firmes promesas como Juan Ayuso o Carlos Rodríguez, había pocas esperanzas de ver a un español en lo más alto del Giro de Italia.

Por eso ver a Juanpe López con la 'maglia rosa' después de siete años de sequía ha sido una grata sorpresa para la afición española. Hay que remontarse a 2015, con un Alberto Contador que le crió a sus pechos, para ver a un español liderar la ronda italiana. López demostró en las faldas del mítico Monte Etna que todo el futuro que se le presuponía cuando defendía los colores de la Fundación del pinteño es ya una realidad.

Nacido en Lebrija (Sevilla) en 1997, este risueño corredor tiene claro que no puede quemarse enseguida. Con una paciencia fuera de toda duda, algo que no siempre ocurre en el ciclismo profesional y menos aún en estructuras en riesgo de saltar el día menos pensado, su actitud en este Giro ya le ha granjeado los elogios unánimes.

Prueba de ello es lo que ocurrió en esa ya histórica cuarta etapa en el viejo volcán. Echó el resto en la fuga a falta de 9 kilómetros para el final, y cuando el alemán Kamna le atrapó cuando quedaban 2 para la meta, no dudó en aliarse con él. El resultado: liderato y jornada histórica para el español. Las lágrimas de alegría en el podio lo resumían todo.

De pizzero a líder del Giro, y bético hasta la médula

De familia humilde, Juanpe López no olvida sus orígenes. Siendo un prometedor ciclista tenía que compaginar su preparación deportiva con su sustento económico, y llegó a mentir a sus jefes para poder aceptar un trabajo en una pizzería como repartidor. Iba en moto, no en bici.

Bético de corazón y con un sentido del humor que recuerda mucho al de Joaquín, el capitán verdiblanco le ha dedicado su último chiste para darle la enhorabuena.

Montado en bici, claro, pero estática.

Este fino escalador ya ha demostrado que puede ponerse al frente de una gran prueba ciclista. Las previsiones apuntan a que conforme avancen las jornadas en la ronda italiana vaya cayendo de los puestos de arriba, pero ya tiene en el horizonte sus próximos objetivos... y el Tour de Francia no está tan lejos.

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