Paula Badosa regresa al Mutua Madrid Open como la gran favorita a levantar el torneo. La española se ha consagrado en la élite como una de las mejores jugadoras del ranking y está asentada en el segundo puesto de ránking WTA.
La ausencia de la dominadora absoluta del circuito, Iga Swiatek, por problemas musculares la coloca como la cabeza de serie número uno. Una responsabilidad que se ha ganado a pulso la nacida en New York.
El torneo donde comenzó todo
A sus 24 años, Badosa ha encontrado la regularidad necesaria para codearse entre las mejores. Una cosa que parecía imposible a comienzos de 2021. Pero todo cambió en un determinado momento, todo viró en Madrid.
Ni siquiera tenía la posibilidad de acceder al Masters 1000 madrileño por la clasificación, al encontrarse en la posición 61. Una 'wild card' hizo posible su presencia y todo salió sobre ruedas en la tierra batida de la Caja Mágica.
En sus propias palabras fue "unos de los mejores torneos de su vida". Allí sólo pudo pararla número uno del mundo en aquel momento Ashleigh Barty. La única capaz de parar al torbellino Badosa, que dio al traste en semifinales.
Se mostró imparable desde el inicio, sin ceder un solo set y dejando atrás a jugadoras con cuajo en el circuito como Barbora Krejickova y Belinda Bencic. Solo Barty, a la postre campeona, pudo parar a Badosa, pero ella ya estaba ahí, ya se había demostrado a sí misma donde era capaz de llegar.
Tras Madrid, el ascenso imparable marcado por los títulos conseguidos en Belgrado, Masters 1000 de Indian Wells y Sidney. Además, también se quedó con la miel en los labios al llegar a las semifinales de la WTA Finals. Un despegue que quedó reflejado al subir 59 puestos desde que jugase en Madrid.
Capaz de todo a base de fuerza y carisma
La española, que siempre ha reconocido problemas en sus inicios de salud mental, superó una depresión para lograr plasmar en la pista todo su potencial. Y una vez desató a la tenista que lleva dentro, es muy difícil pararla.
Badosa ha sido capaz de llegar hasta el número 2 de la WTA a base de tesón, carisma y fuerza. Una mezcla que tiene las de triunfar, aferrándose cuando peor lo pasa a ese puño que le insufla fuerzas para levantarse en los malos momentos.
Tiene ante sí la oportunidad de demostrar en el Mutua Madrid Open, uno de sus torneos fetiches, su carácter ganador que tantas alegrías le ha dado en el último año.
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