Carlos Pollán alcanza la cumbre política con Vox tras ser todo en el Ademar León de balonmano

Carlos Pollán tras ser elegido presidente de las Cortes de Castilla y León (i) y como presidente del Ademar León (d)
Carlos Pollán tras ser elegido presidente de las Cortes de Castilla y León (i) y como presidente del Ademar León (d)
EP / Ademar León
Carlos Pollán tras ser elegido presidente de las Cortes de Castilla y León (i) y como presidente del Ademar León (d)

Hasta hace no tanto, Carlos Pollán era sinónimo única y exclusivamente de balonmano. Jugador, entrenador y presidente, durante casi toda su vida adulta su vida giraba en torno a las canchas y, en concreto, al principal equipo de León, el Ademar. Hasta 2019, cuando decidió seguir un camino muy distinto (pero con ciertas similitudes al deporte profesional) como es la política.

El nuevo presidente de las Cortes de Castilla y León en virtud al acuerdo 'in extremis' entre PP y Vox, el partido al que pertenece desde 2019, alcanza así cotas jamás antes alcanzada por un deportista de élite, al menos a nivel regional. Se podría debatir si es más importante ser Secretario de Estado para el Deporte, donde sí han ejercido exatletas de primerísimo nivel como María José RIenda (esquiadora olímpica) o José Ramón Lete (exjugador de baloncesto en la ACB), pero nunca antes un deportista había llegado a ser el responsable del legislativo en una comunidad autónoma. Sí hay muchos casos de diputados (Ruth Beitia, Abel Antón, Pepu Hernández, Javier Imbroda...), pero no habían llegado al asiento más alto.

La etapa de Pollán en el Ademar de León empezó en 1986. Fue entonces cuando comenzó una carrera de jugador que duró ocho años con altibajos: vivió un descenso y un ascenso a Primera Nacional antes de que llegara a ASOBAL. Ahí se bregó en la cancha como un portero recio y seguro bajo palos, de reflejos y con buenas cualidades físicas que le hicieron un referente y un seguro para sus compañeros. 

Su capacidad de análisis hizo que, cuando colgó las botas, no se quitara el chándal: pasó a ser entrenador de las categorías inferiores del club que en los años 90 ya era una referencia en el balonmano nacional. Fue ahí cuando aprendió los entresijos de la gestión deportiva.

El presidente que firmó la bancarrota del Ademar

Mientras cursaba sus estudios de Graduado Social y Derecho, pasó a formar parte de la asesoría laboral en sectores tan diversos como la industria cárnica, las finanzas y la informática. Pero siempre con el Ademar como uno de sus primeros focos de interés.

Tener una gran implicación con el club deportivo de su vida no es garantía de éxito. Todo lo contrario: bajo su mando las arcas del Ademar pasaron por sus momentos más críticos. En 2009 comenzó su presidencia, pero en apenas cinco años la deuda se hizo inasumible. En total, 500.000 euros (una cantidad notable para una entidad de estas características) le obligó a declarar un concurso de acreedores

Irónicamente, la gestión deportiva iba radicalmente opuesta: acababan de fichar a Manolo Cadenas como entrenador y su buen hacer allí le hizo acabar como seleccionador nacional. El año de la quiebra fueron cuartos en Asobal, alcanzaron los octavos de Champions y rozaron la gloria en la Copa de España. Liderados por el histórico Juanín García, aquel equipo se convirtió en un referente en el campo... y un bochorno en los despachos.

Una vez fuera del Ademar, Pollán se fue acercando a Vox hasta que entró como militante. Pasó por varios procesos electorales, primero municipales y después autonómicos, sin obtener representación, hasta que en la última legislatura ya entró como procurador en Cortes por León. Ahora tendrá la responsabilidad de ser el garante de la igualdad y la máxima representación del parlamento de la histórica región castellanoleonesa. El aprendizaje en el deporte, a buen seguro, le vendrá bien.

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