En julio de 2016, Bruno Hortelano hizo vibrar a todo un país poco acostumbrado a los triunfos en atletismo cuando se coronó campeón de Europa de los 200m. España tenía por fin a un velocista capaz de plantarle a cara a los más grandes y prometía más éxitos en el futuro, pese a quedarse cerca de la gloria en los Juegos de Río. Sin embargo, un accidente en septiembre de ese mismo año truncaba las ilusiones.
Hortelano sufrió grandes daños en su mano derecha -que estuvo a punto de perder- en el accidente de tráfico en el que se vio envuelto junto a un familiar, y comenzó entonces una recuperación lenta que frenó la, en ese momento, enorme proyección del atleta.
Varios pasos por el quirófano y la dura gestión de la mentalidad tras un golpe tan duro mermaron en aquellos días de hace ya seis años la carrera de Hortelano, que, sin embargo, en ningún momento perdió la ambición por regresar, y lo hizo.
El campeón de Europa reapareció en 2018, tras un exhaustivo trabajo de preparación mental en el que nunca dejó vencerse, una durísima rehabilitación y un exigente entrenamiento.
Su optimismo, su gran arma para volver
"Si uno se cae se puede volver a levantar, ha habido muchos obstáculos en el camino que hemos ido superando", dijo por aquel entonces, tras haber dejado atrás el calvario sufrido tras el accidente.
Volvió en el Mitin de Santa Cruz de Tenerife, firmando, además, su récord personal en los 400 metros lisos, un regreso triunfante que ponía de manifiesto lo esencial de la motivación y la mentalidad en un deporte de elite.
Los Europeos de atletismo del año de su regreso citaban en Berlín a la gran esperanza española, que corrió con el corazón de todos pero se quedó a las puertas del podio, en cuarta posición. Un resultado que, como el mismo Hortelano comentó, era digno de aplaudir:
"Estoy contentísimo, muy satisfecho. No vine a ganar medallas, eso es compararme con los demás. No salí del hospital para ganar una medalla, simplemente estar aquí es una victoria", dijo, feliz, porque la carrera que había ganado iba más allá de subirse a aquel podio de Alemania.
Nuevos percances, posible retirada y... otro renacimiento
Cuatro años han pasado desde aquel cuarto puesto. Casi 1.500 días de nuevos sufrimientos, de baja en el Mundial de 2019, de un dichoso tendón de Aquiles que volvió a clavar una flecha en la ambición del velocista.
Pero, fiel a su filosofía y fortaleza, Hortelano, que ya tiene 30 años, no está dispuesto a parar. Y eso que, tal y como él mismo ha revelado en declaraciones al diario As, puso sobre la mesa la opción de retirada en un momento bajo.
"Estaba perdido, en plena crisis deportiva. Es algo que no he dicho nunca, pero la temporada pasada tenía tomada la decisión de retirarme del deporte", confiesa.
Y es que hasta los más fuertes de mente y optimistas tienen momentos de duda, algo lógico con el historial de altibajos de la carrera del que fue el hombre más rápido de España.
El pasado sábado en Salamanca logró la mínima mundialista en su prueba fetiche de os 400 metros, esa en la que se coronó por delante de todos los velocistas europeos en 2016. Hortelano protagoniza su segundo renacer y a buen seguro que seguirá corriendo con el impulso que le otorgan su cuerpo y su admirable capacidad de superación.
"A veces, no sé porqué, la suma de muchos pasitos bien hechos provocan un salto de golpe, y parece ser que ahora me tocaba dar un salto; un salto que llevaba, probablemente, años preparándose", escribía en su cuenta de Instagram. El camino sigue y Hortelano lo recorrerá veloz y siempre hacia adelante.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios