Médicos y científicos del deporte censuran la guía transgénero del COI por ser "injusta con el deporte femenino"

Laurel Hubbard, primera olímpica trans, en halterofilia de los Juegos de Tokio 2020.
Laurel Hubbard, primera olímpica trans, en halterofilia de los Juegos de Tokio 2020.
EFE
Laurel Hubbard, primera olímpica trans, en halterofilia de los Juegos de Tokio 2020.

El pasado me de noviembre, el Comité Olímpico Internacional anunció su nueva guía para la adaptación de los deportistas transgénero a las categorías acordes a su género, independientemente del asignado acorde a su sexo, lo que supuso un avance en materia social por parte del organismo olímpico.

Sin embargo, la polémica no cesa y, dos meses después, alrededor de 40 médicos y científicos relacionados con el mundo del deporte y sus instituciones han solicitado al COI que rectifique al respecto, al considerar que se trata de un decálogo "injusto para el deporte femenino".

El COI recoge en su propuesta que "ningún atleta debe ser excluido de la competición por suponer que tiene una ventaja debido a su género", una afirmación que ha escamado a gran parte de la comunidad científica que cree que las regla no se basa en absoluto en la ciencia.

"La nueva posición del COI de que no debería haber presunción de ventaja en la competición para las mujeres trans está en marcado contraste con la evidencia científica, y la posterior valoración de numerosas asociaciones/comisiones de medicina deportiva", explican.

Los firmantes, a favor de los avances sociales y la inclusión, creen sin embargo que hay que llegar a un consenso que no sacrifique la igualdad de condiciones en el deporte femenino por ventaja de género: "La inclusión de los derechos humanos es absolutamente esencial. Pero igualmente importante es la inclusión de principios científicos y médicos para determinar una solución. Y el marco del COI no se basa en principios médicos y científicos", detalló uno de los firmantes al diario 'The Guardian'.

Laurel Hubbard, pionera

En los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, la halterófila Laurel Hubbard se convirtió en la primera deportista transgénero en participar en un evento de esa relevancia, aunque su presencia no estuvo exenta de polémica.

En los últimos meses, Estados Unidos ha asistido a la superioridad aplastante de Lia Thomas, nadadora universitaria con gran proyección pero a quien se le achaca que la brutal ventaja se debe a su tránsito de hombre a mujer. 

La polémica está servida y es complicado llegar a un consenso en el que las partes son tan firmes en sus convicciones: el deporte femenino está en juego y la ciencia debe tomar partido. 

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