Sevilla y Barça firmaron un empate (1-1) que no les sirve demasiado a ninguno de los dos. El punto no le permite a los hispalenses acercarse como deseaban al liderato –queda ahora a cinco puntos– mientras que a los azulgranas les deja en una pobre séptimo posición para cerrar el año. Fueron mejor los culés, que de nuevo acusaron su falta de pegada, especialmente cuando los locales se quedaron con diez por la absurda expulsión de Koundé. El último partido de 2021 deja un sabor agridulce para ambos equipos, aunque a los locales les queda el consuelo de haber salvado un punto con uno menos.

Xavi apostó por la fórmula que le dio la victoria ante el Elche, con Abde y Jutglà junto a Dembélé, en su clara apuesta por el Baby Barça ante un Sevilla con infinidad de bajas, con Julen Lopetegui teniendo que improvisar con Fernando de central y Koundé en el lateral derecho.

La presión alta y la buena circulación del balón le dio a los azulgranas el dominio del partido, aunque sin llegadas claras. Un par de remates de Jutglà y un balón suelto que no acertó a recoger el nueve catalán no inquietaron en exceso a Bono, mientras que el Sevilla esperaba su ocasión a la contra. Rafa Mir avisó con un gol anulado –por claro fuera de juego– y un remate desviado en las primeras llegadas de los sevillistas.

Poco a poco se fue estirando el conjunto hispalense, y tras un fuerte remate de Dembélé que Bono repelió como pudo, llegó el tanto local en un error incomprensible de toda la zaga blaugrana. Rakitic sacó raso un córner y el Papu se adelantó a todos para enganchar un remate que se coló en la meta de Ter Stegen.

El gol aturdió alBarça, que dominaba sin demasiado fe. Parecía el encuentro encaminado a irse con ventaja sevillista al descanso, hasta que surgió Araujo. El uruguayo se levantó imperial con un salto impresionante para soltar un testarazo que puso la igualada en el marcador.

La igualdad fue máxima tras el paso por vestuarios, hasta que pasada la hora de juego llegó la expulsión de Koundé. Al central se le cruzó el cable tras un leve empujón de Jordi Alba y le arrojó el balón casi a bocajarro. El lateral, con su habitual picaresca, no lo dudó y se fue al suelo, mientras que el galo la roja con justicia, dejando a su equipo con diez.

Era el momento del Barça ante un rival en inferioridad, pero el Sevilla supo defenderse con orden y hacer el partido brusco bajo la intensa lluvia caída en la ciudad hispalense. Un disparo de Dembélé que despejó la defensa local y un cabezazo de Gavi fueron los primeros avisos, pero el acoso iba a ir a más.

Con los de Lopetegui replegados, tuvo el gol en sus botas Dembélé en una de sus habituales acciones individuales partiendo desde la esquina del área. El galo recortó y se sacó un zapatazo que se estrelló en el palo. Quedaban todavía más de diez minutos, contando el descuento, pero el Barça se vio incapaz de generar más ocasiones y se fue con un empate que le sabe a poco ante un Sevilla que salvó un punto con uno menos