Diego Armando Maradona murió el 25 de noviembre de 2020, pero su leyenda es eterna. El 'Pelusa' es, si no el mejor, uno de los mejores de todos los tiempos y difícilmente cederá su reinado. Su legado futbolístico no sólo se debe a lo que consiguió, sino especialmente al cómo: era el jugador total.

Maradona jugaba de centrocampista ofensivo, pero su acción sobre el campo no se puede reducir únicamente a esa posición.

Se le recordará siempre por su '10' a la espalda, aunque distaba bastante de lo que entendemos por diez en argot futbolístico, ese centrocampista organizador sobre el que gira el juego del equipo. 

Maradona era un todo, un líder, y un 'solitario'. Básicamente, Maradona jugaba por donde quería y entrenadores como Bilardo lo entendieron a la perfección, dándole a su '10' libertad necesaria para brillar en el legendario Mundial de México'86.

Basta con echar un vistazo a estadísticas de sus mejores años, para entender su incidencia dentro del campo, donde no dudaba de hasta ayudar en defensa. 

Efectivamente, Maradona era centrocampista ofensivo, pero, al fin y al cabo, Maradona era Maradona.