Este jueves comenzará el juicio al exjugador del Bayern de Múnich y reciente fichaje del Olymplique de Lyon, Jerome Boateng. El central alemán comparecerá como acusado tres años después de que su expareja y madre de sus dos hijas, Sherin Senler, le denunciase en 2018 por violencia de género, "habiéndola lastimado durante una violenta discusión mientras estaba de vacaciones".

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Boateng se enfrenta a cinco años de prisión, la pena máxima para este tipo de hechos en Alemania, pero el central se defiende y asegura que se trata de "un asunto privado basado en acusaciones no probadas de terceros". La prensa local especuló a finales de 2020 que el jugador podría 'regatear' la cárcel pagando una indemnización a su expareja, pero finalmente se presentará ante los tribunales. 

El juicio se ha ido retrasado en el último año por culpa de la pandemia, con uno de los testigos dando positivo por COVID. Sin embargo, todo hace indicar que este jueves la audiencia se podrá llevar a cabo con (relativa) normalidad y se podría hasta conocer un veredicto en el mismo día.

La relación entre ambos comenzó hace más de una década y en 2011 fueron padres por primera vez de sus gemelas, Soley y Lamia. Sin embargo, se especuló que el 'backstage' del fútbol hizo tambalear la fidelidad de Boateng, provocando el fin de la pareja. Pese a que unos años más tarde se volvieron a juntar, la reconciliación no ha terminado de la mejor manera.

Por su parte, el ex del Bayern fue todo un símbolo de integración en su etapa en Alemania. Hijo de padre ghanés y madre alemana, saltó a la fama en Sudáfrica 2010 y futbolísticamente se erigió como uno de los baluartes del equipo bávaro y de la selección que ganó el Mundial en 2014.