La lucha entre Lewis Hamilton y Max Verstappen por el título de campeón del mundo de Fórmula 1 se dirime en todos los frentes, incluidos los que se disputan fuera del asfalto. Las aficiones de uno y otro han pasado a jugar un papel clave para el factor psicológico, y la llegada del GP de los Países Bajos ha aumentado la tensión.

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Los abucheos a Hamilton por parte de la 'marea naranja' ya se han visto en otros Grandes Premios, pero en este regreso al sinuoso Zandvoort se han agudizado las quejas hacia él. Prueba de ello fue el abandono del heptacampeón en los segundos libres por una avería: mientras él se bajaba del coche, los fans de Verstappen (fácilmente identificables por el naranja característico) lo celebraron a lo grande.

Esto viene de largo. Cuando Hamilton embistió a Verstappen en Copse durante el GP de Gran Bretaña, los fans del británico lo celebraron en primera instancia hasta que se dieron cuenta de la gravedad del golpe.

Eso no se olvidó por parte de los neerlandeses, que ahora se vengan en cada ocasión que pueden, también en las redes y usando el tópico y denunciable racismo como método para atacar al heptacampeón.

Hamilton, sin embargo, no está solo en Zandvoort. Tiene apoyo en el cielo, literalmente, ya que los fans se han visto sorprendidos por la irrupción de una avioneta que despegó desde una pista cercana a la playa de esta pequeña localidad para desplegar una pancarta en la que se lee "Siete veces campeón del mundo. Simplemente, maravilloso".

Durante la rueda de prensa del jueves previo, Verstappen ya advirtió que no iba a frenar a sus aficionados de abuchear a Hamilton. "Los abucheos a Hamilton no son mi responsabilidad. En cualquier partido de fútbol el rival siempre recibe abucheos y a ningún directivo o jugador se le ocurre pedir que no se silbe al contrario", recordó.