En toda vuelta o prueba ciclista, la labor de equipo es clave. Elegir un líder o apostar por un ciclista obliga al resto a trabajar para él, bien sea para tirar en las etapas de montaña, bien para protegerle de ataques de rivales o incluso de la propia climatología.

Caída masiva en la 5ª etapa de la Vuelta: más de 30 ciclistas implicados provocan una gran montonera

El viento es uno de los grandes enemigos y aquí es donde entra en juego la estrategia. En etapas llanas en las que las rachas de aire se convierten en elementos a tener en cuenta (como la quinta de la Vuelta 2021, que acabó con caída masiva), tener clara la estrategia es algo que puede definir el devenir de la etapa. Aquí entran en juego los conocidos como abanicos.

La formación en abanico requiere que un grupo de ciclistas se pongan a proteger al líder del viento de costado, de manera que este no tenga que usar fuerza extra para avanzar durante la etapa. Los compañeros de este elegido sirven de pantalla, a costa de su propio rendimiento.

Las jerarquías en los equipos cobran una importancia mayor en este tipo de etapas, especialmente porque, de rebote, se puede beneficiar a otras formaciones. Es por ello que durante este tipo de jornadas se suelen ver movimientos serpenteantes en la carretera, casi en forma de abanico cerrado (de ahí su nombre) ya que los ciclistas de un equipo rival pueden hacer sus estrategias para deshacer la pantalla sobre el líder al que atacar.