Carolina Marín volvió a La Resistencia, aunque en circunstancias muy diferentes a la anterior visita. La campeona del mundo, de Europa y olímpica se encuentra en pleno proceso de recuperación de la operación a la que se ha sometido después de romperse los dos meniscos (externo e interno) y el ligamento cruzado de la rodilla izquierda, motivo por el que se perderá los Juegos Olímpicos de Tokio.

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Eso hizo que fuera al Teatro Arlequín de Madrid con una aparatosa protección ortopédica y muletas, aunque la primera se la quitó para mostrar las cicatrices de 'guerra' que le han quedado. La onubense derrochó sentido del humor en la entrevista con David Broncano, e incluso se atrevió a echar un partido de bádminton con él.

Pese a las muletas, a la lesión, a la ortopedia y demás parafernalia, Marín no se achicó. Broncano se lo tomaba con filosofía, mientras intentaba todo tipo de triquiñuelas: cambiar la raqueta, falsear el resultado, intentar hacer dejadas forzadas para que la jugadora no llegase a devolver el volante... Hasta Grison, el beatboxer, le afeó entre risas su actitud: "Pero si está lisiada y le haces trampas, tronco".

El resultado final fue el esperado: victoria de Carolina Marín.

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El tiempo estimado de baja competitiva de Carolina Marín es de varios meses, después de dos años muy complicados para ella en cuanto a las lesiones. La mala fortuna ha hecho que en apenas dos años haya sufrido dos graves lesiones en las dos rodillas. Por eso, ahora sólo tiene un objetivo posible: prepararse para París 2024.