Fernando Alonso promete batalla sobre el difícil asfalto de Francia: cuarto en los libres y esperanzador ritmo

Fernando Alonso, durante los libres del GP de Francia
Fernando Alonso, durante los libres del GP de Francia
XPB / James Moy Photography Ltd.
Fernando Alonso, durante los libres del GP de Francia

De unos entrenamientos libres se pueden sacar pocas lecturas, pero sin duda es mejor acabar 4º que 18º. Con esta premisa clara y la certeza de que este sábado puede haber cambios, se puede decir que Fernando Alonso está en posición de dar la campanada en el GP de Francia

Sexto por la mañana y cuarto por la tarde, donde sólo ha sido superado por Max Verstappen, Valtteri Bottas y Lewis Hamilton, el ritmo de Alpine (Esteban Ocon fue quinto por la mañana y sexto por la tarde) es más que óptimo para acercarse a la zona de podio, aunque será difícil que la acabe pisando.

No obstante, Alonso (y el resto de pilotos) no se podrán confiar porque el circuito de Paul Ricard se presenta con un par de enemigos serios. En un trazado diseñado de tal manera que cuenta con múltiples variantes, hasta el punto de que pueden realizarse 247 diferentes configuraciones, ha quedado claro que quien no se atenga a los límites de pista puede tener un serio problema.

En el regreso de la F1 a una circuito permanente y no urbano, esos límites vuelven a estar en boca de todos. La FIA no se ha cortado: además de advertir de que en algunas curvas sancionarán, en otras han colocado unas barreras disuasorias (las comúnmente llamadas 'bananas') que, en caso de pisarlas, destrozan los alerones y la parte inferior de los coches. Algunos pilotos, como Valtteri Bottas (que fue el más rápido de la primera sesión) ya lo probaron desde los primeros libres.

El otro factor que tendrán que vigilar es la parte exterior del circuito. Las escapatorias son muy amplias y no cuentan con grava o hierba que les detenga, pero el asfalto que las cubre es muy abrasivo. Tanto, que en caso de pasada de frenada y bloqueo, los neumáticos quedarán literalmente destrozados. Lo sufrieron varios pilotos, como Sebastian Vettel, Mick Schumacher o el propio Carlos Sainz, que se vio obligado a regresar a boxes con una de las ruedas pulidas por un lado.

Con estos factores a tener en cuenta, el rendimiento puro de los monoplazas (que en este circuito es más previsible que en Mónaco o Azerbaiyán, como demuestra el dominio de Mercedes y Red Bull) queda enmarcado también en la capacidad de los pilotos en exprimirlo sin cometer errores, y en el arranque del fin de semana los de Alpine han dado el callo.

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