El Atlético de Madrid se impuso 2-1 al Athletic Club en uno de los dos partidos aplazados que quedaban en esta Liga. Los madrileños no necesitaron apretar demasiado, si bien el conjunto vasco no se lo puso nada fácil.

Ahora son 6 puntos sobre el Barça y 8 sobre el Real Madrid, lo que supone un buen colchón para lo que queda de campaña... máxime cuando tienen que vérselas con los blaugrana

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Tras unos primeros minutos de control mutuo, la falta de intensidad con la que salió el Atlético (nada que ver con lo visto en el derbi) le costó el primer gol del Athletic. Iñaki Williams puso un balón en profundidad para Iker Muniain, que recibió a pie cambiado para batir a Oblak con un disparo un poco defectuoso en su ejecución pero perfecto en su resultado. 

Pese a estar en inferioridad en el marcador y sin mostrar demasiado, le bastó un arreón final en los minutos finales de la primera parte para igualar. Fue Marcos Llorente quien cabeceó un gran centro de Lemar para poner el 1-1. Un tanto psicológico con el que el líder se reenganchaba al partido.

La segunda parte empezó con poco ritmo, pero una torpe falta de Núñez a Luis Suárez en el área, cuando le dejó la pierna mientras el uruguayo se iba por fuera, propició un penalti que transformó el charrúa. El Atlético aumentó el ritmo en esta segunda parte, y eso permitió controlar el balón más, pero las ocasiones no llegaron demasiado claras.

A falta de poco menos de 20 minutos, Simeone ordenó retirarse a un Suárez que no se lo tomó nada bien y se retiró cabizbajo y sin siquiera ponerse una chaqueta. El Athletic pidió penalti por un pisotón fortuito de Correa sobre Unai Vencedor pero no llegó a ser nada. Pero los de Marcelino se encontraron enfrente a un Atlético que, subido a las piernas de Llorente sostuvieron la victoria... no sin ayuda de Oblak.

El esloveno salvó el empate ya en el descuento, cuando detuvo un buen cabezazo de Nuñez que bien podía haber supuesto el empate. El autobús que puso Simeone para acabar el encuentro fue suficiente.