Remontada épica del FC Barcelona en un partido imperial ante el Sevilla. El gol tempranero de Dembélé y el cabezazo en el último minuto de Piqué mandaron el partido a la prórroga donde Braithwaite sentenció para hacerles el primer finalista de esta edición de la Copa del Rey.
Arrancó sin ningún tipo de miedo el equipo de Lopetegui, con una presión sofocante en campo contrario que dificultaba mucho la circulación de balón azulgrana. Una actitud que también adoptaron los locales que salieron calmados pero sabedores de que su deber de acechar la meta rival para remontar.
Dembélé fue el futbolista que más probó a Vaclik en los minutos iniciales y poco tardó en poner el primero en el marcador. Una jugada en el pico del área en la que pese a tener tres jugadores cubriéndole, ninguno le entra y el francés saca un derechazo teledirigido a la escuadra izquierda de la portería. Comenzaba a creerse la remontada el Barça.
El tanto azulgrana obligó al Sevilla a recular con una presión ya no tan asfixiante y esperando algún balón suelto para poder salir a la contra. Sin embargo, conforme fueron pasando los minutos, los hispalenses lograron asentarse en el encuentro con un mejor juego y llegadas al área azulgrana que amenazaban la meta de Ter Stegen.
No obstante, las ocasiones más claras llegaban del bando azulgrana, en el que cada acercamiento a portería era un susto para el equipo visitante. La más clara, una jugada combinativa que terminó salvando Acuña sobre la línea que podría haber supuesto el segundo tanto culé y un mazazo anímico para los sevillistas.
La tónica del partido no cambió tras el descanso con los de Koeman valientes y necesitados de goles, mientras su rival, con la eliminatoria encaminada, esperaba algún error de los azulgranas para sellar el pase, ya que con un gol sevillista, los locales tendrían que hacer un total de cuatro.
Mejoró el conjunto andaluz en la segunda parte, más cómodo y asentado en defensa, pese a la lesión de Aleix Vidal, que con su velocidad había puesto en más de un apuro al Barcelona. Y por ende, dejando con menos ideas a los locales.
Pudo hacer el segundo Jordi Alba con una acrobática volea de Jordi Alba, tras un centro de Dembélé en una gran jugada de Griezmann. El remate del lateral se estrelló en el larguero mientras todos los futbolistas se echaban las manos a la cabeza.
Cuando el Barcelona parecía que había descifrado el laberinto defensivo del Sevilla, Mingueza pudo arruinar la eliminatoria para los azulgranas, cometiendo un penalti claro sobre Ocampos en una excelente contra visitante.
Sin embargo, cuando Ocampos tuvo en sus botas la sentencia desde el punto fatídico, Ter Stegen se hizo gigante para detener el penalti al argentino, que reaparecía tras un mes de baja.
Pese a que el Barça intentaba por todas las maneras desengranar el entramado defensivo de los sevillanos, no lograba concretar sus llegadas al área de Vaclik. Dio el susto Dembélé, pero para los suyos, después de lastimarse tras un disparo que mandó alto.
Pidió penalti por mano el equipo azulgrana en un disparo de Messi que golpeó en Ocampos, pero que ni Sánchez Martínez ni el VAR consideraron como tal, mientras los de Koeman asediaban la portería rival.
No obstante, la épica reinó en los minutos finales en una jugada que “comenzó” con la expulsión de Fernando por una falta al borde del área por la que vio la segunda amarilla. El córner posterior al libre directo lo recogió Griezmann en la izquierda y puso un centro medido a la cabeza de Piqué, que mandó el partido a la prórroga en el último minuto del partido.
Salió como un tiro el equipo de Koeman en la prórroga y pronto lograron hacer el tercero que les ponía en ventaja en la eliminatoria. Centró Jordi Alba desde la izquierda y Braithwaite remató sin cobertura en el área para ponerse por delante en la eliminatoria.
Sin embargo, la tensión no cesó y la polémica tampoco. El Sevilla pidió penalti por una mano de Lenglet en el área y en este caso, tampoco la consideró punible el colegiado del partido.
En el comienzo de la segunda parte de la prórroga Piqué dio el susto en un giro brusco que hizo, tirándose al suelo directamente con la mano en la rodilla que le tuvo varios meses en el dique seco. Sin embargo, a los pocos instantes y tras ser atendido por los servicios médicos volvió al partido, aunque cojeando y sin dejar buenas sensaciones, jugando solo con la izquierda los minutos finales.
Poco más pasó pese a balones a la desesperada del Sevilla buscando un milagro que les devolviese el pase, pero los de Lopetegui no dieron más ante un Barça que fue superior durante todo el partido, logrando un meritorio pase a la final de Copa.
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