La imagen del Real Madrid ante el Atalanta ha quedado algo tocada, al menos en caliente, después de no poder superar hasta el minuto 85 a un equipo que vio cómo le expulsaban a un futbolista en el 17 de encuentro.

Mendy evita que el Real Madrid se atragante en Bérgamo

La acción traerá cola. Freuler cazó a Mendy, con mucho el mejor del conjunto blanco, cuando este iba a encarar el área de Gollini. El francés se fue al suelo, pese a que el contacto del centrocampista suizo no parecía muy fuerte, y el colegiado ni se lo pensó: echó mano al bolsillo y le mostró la tarjeta roja.

El futbolista no se lo podía creer, ni mucho menos el banquillo, que consideraban muy injusta la decisión del árbitro Tobias Stieler.

El colegiado entendió que Mendy era el último jugador antes del portero, pese a que llegaba otro defensor por el centro del área, y que por tanto era una ocasión manifiesta de gol. Aunque el galo toca el balón hacia afuera para intentar escorarse y evitar a Freuler, sin conseguirlo, no es menos cierto que sin ese golpe posiblemente hubiera llegado a disparar o, al menos, a intentarlo.

La zona DOGSO, la herramienta arbitral para las expulsiones en ocasiones manifiestas de gol

Esa acción no fue revisada por el VAR, que sólo actúa cuando considera como errores flagrantes o fallos muy evidentes de la consideración del árbitro, algo que aquí, reglamento en mano, es cuando menos interpretable. La norma es clara: si un futbolista es derribado y se evita así una ocasión de gol clara, debe ver roja directa. Es en el matiz de qué se considera como oportunidad evidente de marcar donde radica el dilema.

Tobias Stieler es árbitro de la Bundesliga desde 2012, cuenta con el ránking Élite de UEFA (si no, no podría pitar unos octavos de Champions) y está considerado como un colegiado que deja jugar, si bien eso implica que en sus partidos se suelen ver más faltas de lo habitual.