Momento histórico el que presenciaron los jugadores de Eibar y Atlético de Madrid y los presentes en Ipurúa cuando corría el minuto 12 del encuentro entre ambos para cerrar la jornada 19. Todavía con 0-0 en el marcador, el colegiado señaló un penalti para el equipo local que tiró el jugador menos esperado.

Concretamente, el guardameta armero, Marko Dmitrovic, que en muchas ocasiones ha sido un héroe en su área para el Eibar, y que en esta ocasión se mudó a la contraria para anotar su primer gol como profesional.

Ante la incredulidad de los jugadores rojiblancos, el guardameta serbio disparó como si lo hubiese hecho durante toda su vida: un disparo fuerte y raso, engañando al portero menos goleado de LaLiga, y aprovechando la confianza de sus compañeros y entrenador.

De hecho, el propio Dmitrovic había advertido antes del partido de que sería él el que tomaría esta responsabilidad, después de que Edu Expósito y Sergi Enrich hubiesen fallado los dos lanzamientos anteriores de los que disfrutó el equipo vasco.