Mohamed Abarhoun, futbolista de sólo 32 años, ha muerto después de apenas 10 meses luchando contra un cáncer de estómago que le había obligado a retirarse prematuramente del fútbol.

Este defensa central marroquí llegó a ser internacional con su país en siete ocasiones y dejó su impronta en equipos de medio corte como el Moghreb Tétouan o el Morgan Betorangal de su país. En 2017 fichó por el Moreirense portugués, antes de ser traspasado al que, a la psotre, fue su último equipo, el Caykur Rizespor turco, que ha sido el encargado de dar la trágica noticia.

El cáncer se lo ha llevado de manera muy rápida. Se lo detectaron en febrero de 2020, después de tener un fuerte dolor en el estómago durante un partido de Liga contra el Trabzonspor. El Rizespor aceptó, como no podía ser de otra manera, su retirada a final de temporada, pero siguió pagándole el sueldo hasta que se resolviese. 

En octubre habló para los medios de comunicación turcos y afirmaba estar bastante mejor e incluso se atrevió a dar plazos para su regreso a las canchas de fútbol, pero un empeoramiento súbito de su condición acabó derivando en su fallecimiento.