El genio del fútbol mundial dejó unas cifras de leyenda, tanto en los clubes donde militó como especialmente con la camiseta de Argentina. Su muerte deja millones de huérfanos; sus estadísticas quedan para la eternidad.

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Maradona fue un futbolista que marcó la diferencia ahí donde pisó el pasto, un zurdo de apenas 1,67 metros que dejó para los anales de la historia tantos como el de la mano de Dios o el Gol del Siglo, cuya narración inmortalizó Víctor Hugo Morales. Estos fueron sólo 2 de los 48 goles que anotó en sus 116 partidos con la zamarra albiceleste. El Mundial de México fue, sin duda, el cénit de su carrera.

Seis clubes disfrutaron de su juego: Argentinos Junior, Boca Juniors, FC Barcelona, Nápoles, Sevilla y Newell's Old Boys cuando ya estaba en el ocaso de su carrera y era más veces noticias por sus excesos que por sus virtudes en el campo. En total jugó 588 partidos y anotó 312 goles, para una media de 0,53 tantos por encuentro en los clubes donde militó.

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Mucho más discreta fue su carrera como entrenador, aunque el balance sale positivo. Empezó en Mandiyú y Racing en su país, a quien luego dirigió entre 2008 y 2010. Después hizo las maletas para aceptar la millonada que le pagó primero el Al-Wasl y Al-Fujairah árabes, y tomó el reto de Dorados de Sinaloa de México para lograr el ascenso, que rozó. Su último club, Gimnasia y Esgrima La Plata. En total, 140 partidos, de los que ganó 67, empató 31 y perdió 42.

Sus números luego quedaron opacados por sus excesos, pero quien vio jugar a Maradona sabe que las cifras que dejó para las estadísticas sólo son una parte ínfima de lo que supuso su figura para el fútbol mundial.

Carlos Gámez