Se confirmaron las peores noticias para el FC Barcelona después del partido contra el Atlético de Madrid. Más allá de la derrota y de estar a nueve puntos de los colchoneros, líderes virtuales de LaLiga, las últimas pruebas físicas han confirmado que las bajas de Sergi Roberto y Gerard Piqué van para largo y estarán en el dique seco varios meses.

Peores son las noticias para Piqué, cuya baja es más sensible para el equipo al ser el líder indiscutible de la defensa culé. El central sufrió el pasado sábado un esguince de grado tres en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha, que en principio tomaría unos dos meses en recuperar, pero una afectación en el ligamento cruzado anterior, que también ha sufrido la lesión, alarga el plazo total hasta los cuatro o cinco meses. 

Sin embargo, el club prefirió no augurar cuándo estará disponible el jugador ni el tiempo que tendrá estar de baja, dejándolo pendiente de evolución. Si lo hizo en el parte médico de Sergi Roberto, cuya lesión no ha sido tan grave como la del central, pero sí más de lo que pensaba.

El Atlético se pone colíder tras derrotar a un Barça roto por las lesiones

El canterano ha sufrido una rotura en el recto femoral del muslo derecho y según el parte del FC Barcelona, estará de baja unos dos meses. Sin embargo, a priori esta es una baja bastante menos sensible para la defensa culé, y la ocasión perfecta para que el prometedor Sergiño Dest dé un paso adelante para hacerse con el lateral derecho.

Eso sí, ambas lesiones no contribuyen para nada a que el Barça mejore en una de sus peores facetas en el campo: la defensa. Sus dos bajas se unen a las de Araujo, Umtiti y Busquets, dejando a la zaga con solo un central sano, Lenglet.

Pendientes de Dembélé

El extremo francés parece haberse topado una vez más con la mala suerte, cuando en una fortuita caída con Carrasco, le hizo apoyar mal el hombro por el que se quejó el resto de partido pese a jugarlo en su totalidad. A falta de un parte oficial, todo apunta a que Dembélé sufrió un esguince y en el Camp Nou también preocupa su disponibilidad.